La ONU solicita ayudas para salvar de la hambruna a 13 millones de africanos
Cerca de 13 millones de personas se enfrentan a una hambruna en el cono sur de África. De ellas, 300.000 podrían morir en menos de seis meses si no se produce una rápida reacción internacional, asegura el Programa Alimentario Mundial (PAM), organismo dependiente de la ONU.
La sequía, la guerra y el mal gobierno, en algunos casos, han colocado a Angola, Malaui, Zambia, Lesoto, Zimbabue y Mozambique en una situación de emergencia. El PAM ha elevado sus estimaciones iniciales de hace tres semanas (130 millones) a 500 millones de euros. Un millón de toneladas de alimentos son necesarios sólo para paliar la situación de carestía en Malaui y Lesoto, los más afectados, y otros tres millones de toneladas se necesitan para el resto antes de final de año.
Las ONG, que denuncian que ya se están produciendo cientos de muertes, creen que la falta de reacción internacional, de países y donantes privados, se debe al cansancio humanitario y al temor de que las ayudas sean engullidas por la corrupción de alguno de estos países. El territorio afectado por esta emergencia (seis naciones; Angola, por ejemplo, es 2,3 veces el tamaño de España) resulta enorme y plantea problemas logísticos de distribución.
En Angola, la situación afecta a unas 800.000 personas y puede tener una incidencia negativa en el proceso de paz abierto tras la muerte, el 22 de febrero, del líder guerrillero Jonás Savimbi. Muchos de los afectados por la sequía viven en zonas contraladas por la Unión para la Independencia Total de Angola (UNITA) o son miembros de la guerrilla.
En Zimbabue se une otro factor: la desastrosa política del Gobierno de Robert Mugabe, que en su campaña de expropiación de las grandes granjas, en manos de la minoría blanca, ha dejado al país exhausto, sin capacidad agrícola; de exportador neto ha pasado en pocos meses a importar alimentos básicos.
Malaui, Lesoto y Zimbabue son, junto a Botsuana, los países africanos con mayor número de seropositivos, una población debilitada por la enfermedad, y que ahora es la más vulnerable.
'Estamos ante una crisis de enormes dimensiones y la situación empeora cada día', afirma Jean-Jacques Graisse, subdirector del PAM.
La Unión Europea y Estados Unidos se han comprometido al envío de ayuda, pero ésta aún no ha llegado. Sólo el Reino Unido, Holanda y Canadá han respondido al llamamiento lanzado a finales de junio por el PAM, el Comité Internacional de la Cruz Roja y diversas ONG.
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