De Palacio quiere que la UE apoye en Johanesburgo la opción nuclear
El desarrollo sostenible y el apoyo de la UE al Tercer Mundo pasa por aumentar la ayuda a la energía y, también, por tener en cuenta la opción nuclear de modo que ésta sea manejada con los más altos estándares de calidad. Así lo afirma el documento preparado por los servicios de la comisaria europea de Energía, Loyola de Palacio, para llevar a la Cumbre de Desarrollo Sostenible de finales de agosto en Johanesburgo (Suráfrica). La organización ecologista Greenpeace ve intolerable que la opción nuclear se introduzca de forma sibilina en un documento comunitario sobre desarrollo sostenible.
El documento, que se espera apruebe mañana el colegio de comisarios de la Comisión Europea, proclama 'el derecho y la necesidad de los países en desarrollo de acrecentar su consumo energético', aboga por mejorar su eficiencia y concluye: 'Hay que estudiar tres opciones: el carbón , las energías renovables y la opción nuclear'. De Palacio, vicepresidenta de la Comisión, ha defendido muchas veces la energía nuclear como instrumento cada vez más seguro que permite, además de garantizar el suministro energético, mantener los compromisos europeos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero: un argumento que disgusta a la comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallström. En su documento, De Palacio no defiende el desarrollo de la energía nuclear, pero sí la ayuda europea para que ésta, en los pocos países en desarrollo que la tienen, se ajuste a los más altos estándares de calidad.
Greenpeace
Greenpeace afirma que es inaceptable la mera mención de la opción nuclear en un documento sobre desarrollo sostenible. 'Es una forma de considerar que la energía nuclear es sostenible', dice Carlos Bravo, responsable español de la campaña antinuclear de esta organización, 'y una forma sibilina de defender lo nuclear y enfangar a los países pobres en un tipo de energía extremadamente costosa que les deja en manos de los ricos'.
El portavoz de Energía de la Comisión, Gilles Gantelet, se extrañaba ayer de la reacción de Greenpeace, por considerar que el documento sólo encara la realidad. 'No es intención de la Comisión promover la energía nuclear en los países pobres, sino afrontar la realidad y ayudar a que se apliquen los estándares de seguridad donde ya hay centrales, como Corea o India. Y, por otra parte, no podemos entrar en un neocolonialismo diciendo a los demás qué energías deben y no deben usar'.
El documento presenta un panorama sombrío del escaso desarrollo de las energías renovables tanto en Europa como en el resto del mundo. Prevé que el porcentaje actual en la UE del 6% será de un 8% en 2010 y sólo un 9% en 2030, mientras que en el resto del mundo hay una tendencia dramática a la baja, desde el 12% actual al 7% en 2030.
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