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CURSOS DE VERANO

Mario Vargas Llosa desmenuza la arrolladora personalidad de Flora Tristán

El escritor dicta en la UIMP un curso sobre la coprotagonista de su nueva novela

José Andrés Rojo

El escritor dicta en la UIMP un curso sobre la coprotagonista de su nueva novela

'He debido tener un cuidado escrupuloso para no contar todo lo que le he ido inventando a la vida de Flora Tristán', comentaba Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) después de la rueda de prensa que ofreció ayer en el palacio de la Magdalena de Santander. Se refería al curso que había iniciado horas antes con su primera lección, Flora Tristán en su tiempo: entre París y Perú. El escritor se ocupará durante dos días y cuatro clases de la personalidad de uno de los dos grandes personajes de El paraíso en la otra esquina, su última novela. El otro es Paul Gauguin, nieto de Tristán.

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'En 1838, el marido de Flora Tristán, André Chazal, la espera en una calle de París armado con dos pistolas. Sólo dispara una bala, que se aloja al lado del corazón de su mujer. Pero no la mata'. Ése fue uno de los episodios que Mario Vargas Llosa contó en la primera lección del curso que, con el título Flora Tristán, agitadora y feminista, inició ayer en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Serán cuatro lecciones. A las dos que impartió ayer seguirán las que dicte hoy, Paseos por Londres (París 1840) y La Unión Obrera. El Diario de Viaje (1843-1844). Cuatro miradas para resumir la vida de una mujer 'a la que siempre le fue mal'. Y que, sin embargo, fue capaz de convertir sus desgracias en otra cosa. 'Nunca se rindió. Y gracias a la fuerza de su carácter, a su imaginación y sensibilidad, transformó las miserias que le tocó vivir en la materia que inspiró su obra. Una obra que estuvo marcada en todo momento por el afán de liberar a la mujer de las servidumbres a las que estaba atada', explicó Vargas Llosa.

'No soy biógrafo, soy novelista', dijo el autor en la rueda de prensa. Durante su lección, sin embargo, se comportó como biógrafo, como estudioso de la figura en la que se ha inspirado para construir uno de los personajes de El paraíso en la otra esquina, que Alfaguara publicará este año (y el escritor prefirió no dar ninguna fecha). ¡Vaya biógrafo! Vargas Llosa siguió paso a paso las vicisitudes de Tristán, pero el genio del escritor surgía en todo momento. 'Era una mujer menuda, muy vivaz. De cabellos negros y tez muy blanca. Cintura de avispa. En Arequipa la llamaban la andaluza y todos cortejaban, halagaban y seducían a la francesita'. Con cuatro brochazos, el retrato de una dama.

Vida proletaria

Flora Celestina Teresa Henrietta Tristán y Moscoso nació en París en 1803. Fue hija de un coronel peruano adscrito al ejército español que se casó en Bilbao con una francesa. No lo hizo de una forma muy ortodoxa. Su padre muere cuando tenía cuatro años y la familia no reconoce el matrimonio. Primera desgracia: la niña y su madre pierden el desahogo burgués en que vivían en París, y se ven condenadas a proletarizarse. 'Vivían en un barrio miserable, en una calle repleta de vagabundos, prostitutas y bares de mala muerte'.

Siendo muy joven, Flora empieza a trabajar en un taller de litografía, y en 1821 se casa con su propietario, André Chazal. Segunda desgracia: es empujada a un matrimonio que la hace infeliz. 'De esa experiencia surgiría su odio al sexo y al matrimonio, que consideró una institución intolerable, en la que la mujer es vendida a un hombre que la convierte en su esclava y sirvienta', apostilla Vargas Llosa.

Cuando Flora Tristán está embarazada de su tercer hijo, abandona a su marido. Tercera desgracia: 'Dejar el hogar suponía para una mujer de entonces convertirse en una perdida y una delincuente'. Vienen años oscuros, de los que se sabe poco. Tristán vive en la clandestinidad, se traslada a Inglaterra, donde probablemente trabaja como sirvienta.

De regreso a Francia, en 1829, una casualidad tuerce el rumbo de sus días. En un bar, un marinero escucha el nombre de Tristán y se presenta a Flora. Le da noticias de una familia que con ese nombre vive de forma opulenta en Arequipa, Perú. Es la familia del hermano menor de su padre. Flora le escribe. Más adelante, y tras seis meses de viaje, la francesita desembarcaría en 1835 en Arequipa para reclamar su herencia. Cuarta desgracia: su familia del otro lado del Atlántico no comparte esa opinión. Pero la tratan bien. Nada más llegar, le regalan una esclava.

'Flora Tristán regresa a París transformada en otra persona', sentencia Vargas Llosa. La mujer menuda que llevaba aguantando desgracia tras desgracia se ha transformado en una agitadora. 'Como habían hecho otros grandes utopistas de su época, se propone diseñar la sociedad perfecta desde el punto de vista de la mujer'. Tristán ha comprendido en Perú que la mujer puede ser independiente. Frecuenta círculos intelectuales. Estudia, trabaja, escribe. Publica Sobre la necesidad de prestar una ayuda a las mujeres extranjeras. Comienza a ser reconocida.

Quinta desgracia: su marido le pega un tiro. Le ha intentado quitar a sus hijos, la ha llevado a juicios, ha desatado el escándalo público. La bala que no la mata en realidad la libera. Su marido va a la cárcel. Flora Tristán puede dedicarse a su radical desafío político.

Le quedan unos cuantos años de actividad desenfrenada hasta su muerte, en Burdeos, en 1844. Viaja a Inglaterra. Se convence allí 'de que la mujer por sí sola no va a conseguir la emancipación', comenta Vargas Llosa, ese biógrafo que está a punto de concluir su primera lección.

No se oye una mosca en el aula Bringas del palacio de la Magdalena. Flora vuelve a Francia. 'Sabe ya que la lucha por la liberación de la mujer sólo puede tener éxito al lado de otros oprimidos, los obreros'. Publica varios libros, entre ellos La Unión Obrera. Quiere cambiar el mundo de forma pacífica. Se vuelca a crear comités de obreros y mujeres. El mundo empieza lentamente a cambiar gracias al carácter arrollador de una joven feminista. 'Cuando las utopías han intentado plasmarse en la realidad han producido muchos infiernos', dice Vargas Llosa. 'Pero algunos de sus elementos son los que poco a poco han conseguido transformar el mundo'.

Mario Vargas Llosa, ayer, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander.
Mario Vargas Llosa, ayer, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander.PABLO HOJAS
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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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