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GIRA DE BUSH

Bush y Putin refuerzan su alianza con un gran acuerdo de venta de petróleo

Los dos presidentes inician un 'diálogo energético' para abrir el petróleo ruso a los norteamericanos

Pilar Bonet

Con el lanzamiento del 'diálogo energético' ruso-norteamericano, el Gobierno del presidente George W. Bush dio ayer su apoyo institucional al desarrollo del sector energético ruso y abrió la posibilidad de que Rusia pueda llegar a convertirse en un proveedor estratégico de Estados Unidos. La energía va a estar presente de ahora en adelante en las cumbres y en las reuniones a diversos niveles entre representantes de las administraciones de Washington y Moscú, que han creado un grupo de trabajo para colaborar estrechamente en este sector.

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La cooperación energética ruso-norteamericana en Rusia y en zonas fronterizas a Rusia, tales como el mar Caspio, 'refuerzan la soberanía, el bienestar, la cooperación y la integración en la economía mundial de todos los Estados participantes', señala la declaración sobre el 'diálogo energético', firmada ayer.

Rusia mantiene ya un 'diálogo energético' con la Unión Europea, que es el principal cliente internacional de sus suministros de crudo, productos refinados y gas. A diferencia de la UE, Estados Unidos ha sido hasta ahora un cliente insignificante de la energía rusa, con unas exportaciones que representan el 0,2% del mercado estadounidense, frente al 20% de Arabia Saudí. Pero las perspectivas de inversión en el sector parecen más prometedoras que las europeas.

En el documento firmado ayer, EE UU acepta conceptos como 'seguridad energética mundial' y reconoce la importancia de los 'suministros puntuales y seguros' para el 'buen desarrollo de la economía mundial'.

Ambos países acordaron desarrollar la colaboración bilateral de acuerdo con las bases de sus políticas energéticas con el fin de 'reducir la volatilidad de los mercados y hacer que éstos sean más previsibles'. Para ello, están dispuestos a apoyar una mayor cooperación empresarial en lo que se refiere a prospecciones, producción, elaboración, transporte y venta de los recursos energéticos, así como la puesta en marcha de proyectos conjuntos, también en terceros países.

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Además, fomentarán las inversiones para el desarrollo y modernización del sector energético en Rusia, lo que incluirá el incremento de la extracción de petróleo y gas en los campos de Siberia oriental, en el Lejano Oriente ruso y en las regiones costeras. También apoyan un mayor acceso de los recursos energéticos rusos (petróleo y gas) a los mercados internacionales mediante el desarrollo comercial y modernización de la infraestructura portuaria y de transportes. La economía parece destinada a jugar un mayor papel en el futuro de las relaciones ruso-norteamericanas, pese a que todavía rige la restrictiva enmienda Jackson y Vanik, que limita el comercio entre EE UU y Rusia, como un 'anacronismo' de la guerra fría, según dijo ayer el presidente Putin.

Como señal de buena voluntad, la petrolera estadounidense Chevron Texaco firmó el pasado viernes un preacuerdo con la compañía rusa Sovkomflot para el transporte de crudo a través del mar Caspio, según una información de la agencia Interfax citada por France Presse.

Exxon Mobil también ha suscrito un contrato con los astilleros Amour para la modernización de plataformas marinas de extracción de petróleo.

La perspectiva de cooperación económica parece desarrollarse al margen del Departamento de Comercio de EE UU, que tiene hasta el 14 de junio para decidir si Rusia debe ser considerada como un país con economía de mercado, de acuerdo con la legislación norteamericana.

Refiriéndose a la renovación de la flota de aviones de la compañía nacional rusa, Aeroflot, por la que compiten la empresa norteamericana Boeing y la europea Airbus, Putin dijo ayer que los aviones norteamericanos resultaban más caros que los europeos. Bromeando, Putin señaló que tal cosa podía subsanarse si los norteamericanos compraran los metales baratos de Rusia.

Los presidentes Bush y Putin se dan la mano tras firmar el tratado de desarme, ayer en el Kremlin.
Los presidentes Bush y Putin se dan la mano tras firmar el tratado de desarme, ayer en el Kremlin.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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