EE UU espera que el mandatario 'entienda el mensaje' mientras Cuba celebra su retorno
A la diplomacia estadounidense se le ha encendido una hoguera en Venezuela mientras volcaba toda su atención en Oriente Próximo. El regreso de Hugo Chávez causó estupor en el Departamento de Estado, que había recibido con gran satisfacción la caída del presidente populista y había indicado que la represión ejercida esta semana contra las manifestaciones anti Chávez no había dejado al Ejército otra alternativa que el golpe. Un portavoz trató ayer de dar marcha atrás y afirmó que lo esencial era 'evitar la violencia'.
Frederick Jones, portavoz del Departamento de Estado, dijo que el Gobierno estadounidense estaba 'preocupado por la situación' y seguía 'atentamente la evolución de los acontecimientos'. 'Seguimos haciendo un llamamiento a todas las partes para que eviten la violencia y busquen formas de comprometerse pacíficamente en la resolución de la crisis', declaró Jones. El mismo portavoz atribuyó al propio Chávez la responsabilidad de sofocar la crisis: 'Aquellos que ocupan posiciones de autoridad son especialmente responsables del mantenimiento del orden'. La consejera de Seguridad Nacional del presidente Bush, Condoleezza Rice, dijo que espera 'que el presidente Chávez haya entendido el mensaje que le envió su pueblo para que respete los procesos constitucionales'.
Restablecer la democracia
También en Washington, el consejo permanente de la Organización de Estados Americanos emitió un comunicado en el que condenaba 'la alteración del orden constitucional en Venezuela' y expresaba su apoyo 'al pueblo venezolano en su voluntad de restablecer una democracia plena'.
La OEA anunció que su secretario general, el colombiano César Gaviria, viajaría 'con la mayor urgencia' a Caracas para 'investigar los hechos' y 'promover la pronta normalización de la institucionalidad democrática'. Una portavoz de la organización indicó que Gaviria emprendería viaje 'de forma inminente'. La asamblea general de la OEA ha sido convocada para el jueves, con el fin de recibir del secretario general, que para entonces debería haber regresado ya a Washington, un informe sobre la situación en Venezuela.
Mientras, el Gobierno cubano fue el primero que calificó de 'golpe de Estado' lo ocurrido en Venezuela el jueves y el viernes y también el primero que afirmó que sólo reconocía a Hugo Chávez como presidente constitucional. Por ello, las autoridades de La Habana vivieron con júbilo y como un éxito propio la vuelta al poder del mandatario venezolano, su principal aliado en el hemisferio. El diario oficial Juventud Rebelde publicó ayer a toda página: 'Aplastado el golpe. La revolución bolivariana sigue en pie'.
Desde el primer momento, Fidel Castro trabajó activamente para lograr que Chávez fuese repuesto en su cargo. Denunció el golpe ante la opinión pública mundial y realizó diversas gestiones ante organismos internacionales para que no se reconociese a la junta que tomó el poder; abrió las cámaras y micrófonos de sus medios de prensa a los familiares y partidarios de Chávez cuando en Venezuela se limitó su libertad de expresión; y cuando ya el Gobierno interino de Carmona hacía aguas y se planteó la posibilidad de enviar a Chávez al exilio en Cuba, La Habana afirmó que devolvería de vuelta de inmediato al presidente venezolano.
Cuando se supo que Chávez estaba vivo, que sería liberado y que hablaría a la nación, los comentaristas de la televisión oficial cubana estallaron en manifestaciones de júbilo. En la calle también los acontecimientos se vivieron con alegría.
Mucha gente en la isla, más allá de valoraciones políticas, suspiró con alivio al conocer la noticia de la vuelta de Chávez. 'Menos mal, ya no tendremos apagones', dijo Julia, un ama de casa.
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