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La UE restringirá la importación de acero para defender su industria frente a EE UU

Los Quince temen que el proteccionismo de Bush acabe inundando Europa del producto

Fernando Gualdoni

Los ministros y representantes de Comercio de la UE se reunieron ayer en Toledo para dar los últimos retoques al plan para defender el sector del acero comunitario contra la decisión de EE UU de establecer un arancel de hasta un 30% a las importaciones estadounidenses de acero que entrará en vigor, en principio, mañana. La Comisión Europea se decanta por establecer cuotas máximas de importación para evitar que todo el acero del mundo que no pueda entrar en EE UU termine en el mercado europeo. Si esto sucede, el sector europeo prevé un desplome de los precios.

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La caída de precios, si se produce, puede arrastrar a la quiebra a más de una empresa siderúrgica de los Quince. El tope de importaciones rondará los 17 millones de toneladas anuales, teniendo en cuenta que los Quince han comprado a terceros países una media de 1,4 millones de toneladas cada mes en el último semestre.

La Comisión pretende defenderse de la amenaza que supone el incremento de los aranceles del acero por EE UU y actuar dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Para proteger a la industria europea de la avalancha de acero de todo el mundo, y en especial de China, Corea del Sur y Japón, Bruselas puede aumentar los aranceles como ha hecho EE UU para salvaguardar la suya o restringir el acceso de este producto al mercado.

La primera opción ni siquiera está del todo bien vista por los propios industriales europeos, que temen un frenazo en la reestructuración que la siderúrgica europea comenzó hace 20 años. La segunda, por tanto, es la que más baraja la Comisión. La imposición de un sistema de cuotas protegería al sector mientras se resuelve el contencioso con EE UU.

Cuota exacta

La Comisión tiene previsto establecer en 10 días la cuota exacta de importación y la lista de productos derivados del acero sobre los que se aplicará la medida, según fuentes cercanas a las conversaciones. Bruselas puede adoptar medidas para defender el sector del acero y mantenerlas durante más de seis meses sin necesidad de la aprobación de los Quince. Una vez cumplido ese plazo, entonces todos los miembros de la Unión deben sentarse a negociar la estrategia de la Comisión si el conflicto del acero persiste.

También en un plazo de dos meses a partir de la entrada en vigor de los nuevos aranceles estadounidenses, es decir, a partir de mañana o a más tardar una semana, la UE debe presentar ante la OMC su propuesta para sancionar a EE UU por incumplir las normativas internacionales del comercio.

La interposición de la petición de sanciones no significa necesariamente que la UE vaya a ejercerlas contra EE UU, pero debe presentar la solicitud y luego decidir. Este plan de sanciones se pone en marcha una vez que se piden las indemnizaciones correspondientes. La UE se las pidió a EE UU y este país se las negó porque insiste en que su proceder se ajusta a las normas de los intercambios internacionales. El ministro de Economía español, Rodrigo Rato, en una conferencia de prensa celebrada junto al comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, aclaró que la Comisión 'actuará siempre respetando las reglas de la OMC, organismo ante el que la UE ya ha presentado una demanda contra EE UU por el acero'. Lamy insistió en este punto y aclaró que 'las medidas de salvaguarda que se adopten no son para cerrar el mercado, sino para evitar la avalancha de productos de terceros países'.

La Comisión ha calculado el impacto directo e indirecto de la medida de EE UU para diseñar su respuesta. El impacto directo del incremento de los aranceles a las importaciones de acero europeo no es significativo, puesto que afecta a unos seis millones de toneladas de los casi 17 millones de toneladas que el bloque exporta anualmente.

Perjuicio

En metálico, el perjuicio directo por el alza de los aranceles se calcula en unos 2.500 millones de euros. Así que es el efecto indirecto el que realmente amenaza a la industria europea. Un aumento de los aranceles provocaría que gran parte de las importaciones que hoy absorbe la economía estadounidense se desvíen hacia la europea. El mayor peligro del plan de Bush para Europa es que las ingentes ventas externas del sector del acero mundial busquen el mercado europeo por el bloqueo estadounidense.

Una avalancha de acero hacia la UE provocaría el hundimiento de los precios. Ayer mismo, los precios del acero en el mercado europeo apenas se modificaron e incluso mostraron una ligera tendencia a la baja, a la espera de la decisión concreta de la Comisión Europea. En el análisis europeo, se considera que la decisión de Bush ha sido política y enfocada hacia los tres Estados productores de acero (Ohio, Pensilvania y Virginia) donde en noviembre el presidente se juega seis escaños de la Cámara de Representantes.

Rodrigo Rato y Juan Costa.
Rodrigo Rato y Juan Costa.EFE

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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