Osakidetza ha gastado 83 millones de euros desde 1995 en los medicamentos contra el sida
Estas medicinas supusieron el 23% de la factura de farmacia de los hospitales en 2001
El Servicio Vasco de Salud ha gastado más de 83 millones de euros (13.811 millones de pesetas) desde 1995 en los fármacos contra el sida. La aparición de los llamados medicamentos antirretrovirales hace seis años supuso una revolución en la lucha contra esta enfermedad, al impedir que el virus se reproduzca en el organismo humano. Los fallecimientos por sida han descendido de forma espectacular: de los 409 registrados en 1996 a los 29 contabilizados en el primer semestre del año pasado. Osakidetza gastó en 2001 casi 19 millones de euros en estos medicamentos.
En la actualidad, 3.141 pacientes siguen un tratamiento con antirretrovirales. Los 19 millones de euros gastados en 2001 suponen un 23% de lo que desembolsó Osakidetza en farmacia hospitalaria ese año. El gasto farmacéutico hospitalario incluye los medicamentos de estricto uso en estos centros, que sólo son dispensados a los enfermos que siguen algún tipo de tratamiento en ellos. Por lo tanto, no se pueden adquirir de una manera convencional mediante receta en las farmacias. Los enfermos oncohematológicos y los pacientes de sida copan la mayor parte de la factura de farmacia de los hospitales vascos.
El tratamiento con estos fármacos tiene eficacia a varios niveles. Por una parte, frenan la progresión de la infección, de manera que las personas infectadas no desarrollan el sida y las que lo han desarrollado sobreviven de una manera mejor. Otro cambio importante se refiere a la hospitalización: los ingresos por complicaciones relacionadas con el sida han bajado mucho. El sida es hoy una enfermedad que se trata más en las consultas externas de los hospitales que en las salas de hospitalización, aseguran los expertos.
Desde la irrupción de la epidemia en 1981 hasta 1987 ningún medicamento de los que había en el mercado era capaz de hacer frente a la enfermedad. Los primeros fármacos antirretrovirales aparecen en 1987 y en 1991, pero su eficacia es muy limitada. Mientras, los casos de sida diagnosticados en Euskadi suben sin cesar: 178 en 1988, 251 en 1989 y así hasta los 521 registrados en 1994, que constituye el pico. El número de fallecimientos crece al mismo ritmo y tocan techo en 1996, con 409 muertos. Y es precisamente este año cuando surgen las medicinas más esperanzadoras.
Daniel Zulaika, responsable del Plan de Prevención del Sida del Gobierno vasco, asegura que los medicamentos contra el sida suponen un ahorro para la sanidad. 'Los seropositivos prácticamente no ingresan en los hospitales [un día de estancia en el hospital supone 40.000 pesetas]. La eficacia de los antirretrovirales está demostrada. Se trata de un gasto rentable por lo que ahorra de sufrimiento humano y eso es lo más importante'.
En la actualidad, lo más efectivo son los tratamientos combinados de varios fármacos, lo que se conoce como cócteles. Existen tres grupos de fármacos. Cada uno de ellos inhibe el ciclo del virus dentro del organismo humano en distintos puntos. Las triples terapias combinan fármacos de dos de esta familias para inhibir simultáneamente el ciclo del virus en dos puntos diferentes, con lo que no puede acabar de madurar y se termina destruyendo.
En 2001 no ha aparecido ningún fármaco que haya supuesto un cambio drástico respecto a lo que ya existía. Pero sí se han producido avances, que sin ser espectaculares, al menos han permitido seguir mejorando la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, ahora los tratamientos son más sencillos de seguir e igual de eficaces que en sus inicios.
Aunque los especialistas inciden en que los medicamentos no producen el mismo efecto en todos los pacientes, hoy en día muchos seropositivos y enfermos de sida pueden seguir un tratamiento de 2 a 7 pastillas. Es decir, no tiene nada que ver con las 20 de los primeros años. Existen productos farmacéuticos en los que tres medicamentos están mezclados en una sola pastilla, con lo que un paciente en lugar de tener que tomar los fármacos por separado, los puede tomar en la misma pastilla. Así, se reduce el número de pastillas y el de tomas al día.
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