El teatro pierde la fuerza de la ironía con la muerte de Adolfo Marsillach
El actor y director fallece en Madrid, víctima de un cáncer, días antes de cumplir 74 años
Fue un animal de teatro. Un hombre polifacético, inteligente y trabajador, que combinó con rara habilidad una gran popularidad y un rigor irreprochable. Adolfo Marsillach (Barcelona, 1928) murió ayer en su casa de Madrid a causa de un cáncer, y dejó al teatro español con una honda sensación de pérdida.
cadáver será trasladado al cementerio de la Almudena para ser incinerado. Por deseo expreso de Marsillach, sus cenizas serán esparcidas en el Mediterráneo, probablemente en Jávea (Alicante). Volverá así al mar que vio nacer a un grande del teatro español.
Babelia
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