Clementinas y fútbol
El bloqueo de Estados Unidos a la importación de clementinas de España tiene tantas consecuencias que el mes de diciembre de 2001 será recordado como un hito que diferenciará un antes y un después en la exportación de frutas de España a ese país.
El sorpresivo e injustificado procedimiento empleado, sólo puede obedecer a la sumisión del USDA (Ministerio de Agricultura norteamericano) a la presión de los lobbies de los productores de cítricos de California y Florida. La tibia, timorata y lenta reacción de nuestro Gobierno, a pesar de la rápida denuncia al mismo de nuestros exportadores atropellados en sus derechos comerciales, ha contribuido aún más si cabe a una sensación de indefensión y desconfianza. Los instigadores de la maniobra ya han conseguido algo. Cuando se pueda reanudar el comercio de clementinas con EE UU, ¿quién estará dispuesto a arriesgarse a que mediante maniobras impropias de un país serio se le pueda perjudicar económicamente de un modo tan grave? Ciertamente, han logrado su objetivo: poner plomo en las alas de nuestra exportación. Esto no parece importar demasiado a algunos de nuestros responsables políticos. Tampoco parece que haya excesiva sensibilidad ante la raíz del problema. La indiferencia, por no decir frivolidad con que se trata a una de las más devastadoras plagas de frutas en nuestra Comunidad Valenciana contrasta con la pasión con la que se vive el problema en los estados fruteros de Estados Unidos, como se puede comprobar fácilmente mediante un paseo por Internet. Aquí podemos leer en la prensa que el partido gobernante en la Comunidad Valenciana estima suficiente el esfuerzo presupuestario dedicada a esta lucha, como si hasta ahora hubiera sido un éxito... Ojalá el sector citrícola fuera tan influyente en la opinión política como lo es nuestro querido y admirado Valencia Club de Fútbol. Tal vez así pudiera encontrar aval suficiente para el esfuerzo económico que representa la erradicación de la plaga.
Octavio Ramón es presidente del Comité de Gestión de Cítricos.
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