Chávez enviará aviones de guerra para amedrentar a los huelguistas
El presidente intenta frenar la protesta que hoy comienza en Caracas
Hugo Chávez no dispuso ayer de tiempo para celebrar el tercer aniversario de su victoria en las presidenciales de 1998. Por el contrario, el presidente venezolano volcó sus energías en la neutralización del alzamiento empresarial contra 49 decretos leyes que limitan el derecho a la propiedad privada. El gobernante no pudo desmontar el paro patronal del lunes, ni la manifestación de hoy hacia el palacio de Gobierno. 'No saldremos de las calles hasta que saquemos a Chávez del poder', advirtió Alfredo Marín, uno de los promotores de las marchas.
Cazabombarderos Mig-29 sobrevolarán Caracas el día de la huelga. La oposición, minoritaria en una Asamblea Nacional copada por el gubernamental Movimiento Quinta República (MVR), observa en las previstas pasadas rasantes de las naves de guerra maniobras de intimidación semejantes a las ejecutadas por la aviación chilena sobre Santiago, rompiendo la barrera del sonido, cuando deseaba protestar contra determinadas medidas de los gobiernos de la transición. 'Únicamente se trata de que la población pueda ver esos nuevos aviones, que muy pocas veces tenemos en Venezuela', tranquilizó Régulo Anselmi, un portavoz castrense.
La manifestación de hoy está organizada por cerca de 20 pequeños grupos y el partido Acción Democrática (AD), socialdemócrata, que durante cuatro decenios integró el bipartidismo forjado en 1958 con los democristianos del COPEI. La corrupción registrada en algunos tramos de ese periodo hegemónico condujeron al hartazgo social y a la victoria electoral del comandante de paracaidistas, que el 4 de febrero de 1992 había dirigido el frustrado cuartelazo contra la presidencia de Carlos Andrés Pérez (AD).
'Si hay un solo herido o víctima en la marcha de hoy, la respuesta del país podrá ser que el paro cívico del lunes sea convocado de manera indefinida', advirtió Alejandro Peña Esclusa, representante de Fuerza Solidaria, una de las promotoras de la manifestación bajo el lema Chávez, vete ya. El oficialismo no permanecerá de brazos cruzados, y formará un escudo humano frente al Balcón del Pueblo, de la sede presidencial. 'Vamos a esperar a Peña Esclusa con todos los hierros', avisó la dirigente de barrio Lina Ron. 'El Gobierno ha hecho una campaña terrorista para amedrentar a la gente y que no vaya', respondió el activista de la oposición. Anteriores concentraciones acabaron a golpes.
Paralelamente a la movilización callejera, las gestiones del ministro de Defensa, José Vicente Rangel, uno de los puntales del Ejecutivo, para reducir la intensidad de la sublevación de Fedecámaras, la agrupación empresarial más importante del país, no han dado los frutos apetecidos. El Gobierno ofreció revisar en la Asamblea Nacional aquellos decretos leyes promulgados el pasado 13 de noviembre por Chávez, según una ley que faculta para hacerlo. Los empresarios rechazan buena parte de los decretos con el argumento de que son intervencionistas, ideológicos y aprobados de forma atropellada y sin las consultas debidas.
La Ley de Tierras y la Ley de Hidrocarburos, que concede al Estado unos márgenes de actuación excesivos, según la patronal, son las reglamentaciones más protestadas. 'Las buenas intenciones [del Gobierno] no son suficientes. Sólo lo son las expresiones tangibles y contundentes de una voluntad de rectificación', declaró ayer el presidente del sindicato de empresarios, Pedro Carmona. 'Han sido muchos días de discursos agresivos. Por ejemplo, decir que 'La ley soy yo' o que 'El Estado soy yo' son frases que no se escuchaban, probablemente, desde las épocas coloniales o monárquicas de Venezuela'.
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