La ONU cifra la reconstrucción en más de un billón de pesetas
El acuerdo alcanzado ayer en Bonn abre una oportunidad única para ayudar en la reconstrucción de un país que estaba al borde de la descomposición, según coincidieron en afirmar en Berlín altos cargos de Naciones Unidas. Estas declaraciones se produjeron durante un encuentro del Grupo de Apoyo a Afganistán, una entidad en la que desde 1996 se agrupan los 15 principales Estados donantes, los organismos multilaterales y las más importantes organizaciones no gubernamentales que socorren a este país.
'No podemos abandonar una vez más a Afganistán a su suerte', invocó en la apertura de la reunión el ministro de Exteriores alemán, Joschka Fischer. Berlín ostenta actualmente la presidencia rotativa de este grupo de expertos, en el que España no tiene asiento.
Malloch Brown, representante especial del secretario general de Naciones Unidas para la Reconstrucción de Afganistán, consideró prematuro cifrar desde ya el total de las ayudas internacionales requeridas, una suma que se deberá acordar a finales de enero en Tokio. El funcionario, no obstante, reiteró que el apoyo de ninguna manera debería ser inferior a los 6.500 millones de dólares destinados en su día a Mozambique (alrededor de 1,2 billones de pesetas).
En palabras de Brown, las organizaciones internacionales se encuentran en la 'perversa situación' de que precisamente ahora, cuando mayor disponibilidad internacional de financiar la reconstrucción existe, aún se está lejos de contar en Afganistán con las instituciones políticas y con la sociedad civil que puedan absorber este apoyo.
Asistencia humanitaria
De hecho, antes que reconstruir el país, es necesario garantizar la asistencia humanitaria y cierta recuperación económica en algunos sectores. Kenzo Oshima, vicesecretario general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, recordó en Berlín que aún faltan por desembolsar 320 de los 662 millones de dólares acordados para atender entre octubre y marzo a los más necesitados en Afganistán. Al igual que otros ponentes, Oshima destacó que la inseguridad sigue siendo de lejos el mayor obstáculo para la atención humanitaria.
Así las cosas, las prioridades en la actualidad son cuatro, según Brown: lograr una mayor seguridad sobre el terreno, garantizar que en marzo se pueda iniciar la siembra, restaurar los servicios comunitarios básicos, como la educación y la salud, y preparar el regreso de aquella quinta parte de la población que ha sido desplazada de sus hogares en los últimos años.
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