La feria arranca con el afán de multiplicar el número de lectores
Brasil abre su pabellón lleno de color
Los mexicanos tienen una decidida querencia por el barroquismo en las formas y en el lenguaje. Pero más allá de la pompa de las palabras y los gestos están las ideas. Y éstas tienen brío, fuerza y consistencia. Así que en la inauguración de la XV Feria Internacional del Libro de Guadalajara hubo muchos discursos, pero fueron al grano. México puede haber dado grandes pasos en la alfabetización, pero hace falta formar nuevos lectores y, sobre todo, multiplicar su número. Promocionar el libro es el desafío lógico. El más urgente: hacerlo accesible. Y proyectar así la riqueza y la diversidad de las culturas de Latinoamérica.
Intervinieron en la inauguración José Trinidad Padilla López, rector de la Universidad de Guadalajara, verdadera inventora de la feria; el presidente del Consejo de Administración de la FIL (Feria Internacional del Libro), el ministro de Cultura de Brasil; el gobernador del Estado de Jalisco, José Francisco Ramíez Acuña, y Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), que, en representación del presidente Vicente Fox, abrió oficialmente la feria.
Francisco Correa Weffort, ministro de Cultura de Brasil, defendió el 'portuñol'. 'Todos los brasileños creen que hablan castellano', dijo. 'Yo también lo creo, y no es verdad. Pero es esta ilusión la que permite que nos comuniquemos'. Y esa idea de romper las fronteras y de facilitar el flujo de proyectos e iniciativas entre dos países decisivos en el ámbito cultural americano es una de las claves de esta edición. El presidente de la FIL, Raúl Padilla López, resaltó cuán sensible es el libro a los avatares de la economía. También trató de la debilidad de las políticas educativas en su país y fue muy claro al reclamar un peso más decisivo de la iniciativa privada en la edición de los libros de texto en México. 'La base de una industria editorial sana y competitiva son los libros de texto. Por una razón muy simple: tienen un mercado amplio y, sobre todo, seguro'.
Sari Bermúdez remarcó que el libro es el mundo de 'la memoria, la imaginación y la inteligencia' y como tal necesita del mayor de los apoyos. Y se cortó el listón y la feria se abrió y, poco después, el invitado de esta cita, Brasil, inauguraba su pabellón presidido por el color y la exuberancia de las reproducciones de 500 aves que cuelgan del techo en la amplia zona de la feria donde está localizado. Y donde reina una atmósfera festiva. En cuanto se hubo inaugurado el pabellón de Brasil, el grupo Boi Borrica trajo a México al Brasil indígena, uno de los posibles, con sus danzas y ritmos y penachos y plumas llenas de color.
Los editores españoles son asiduos de Guadalajara. Emiliano Martínez, presidente de la Federación de Gremios de Editores, apuntó que en este caso vuelve su presencia a ser importante. Han acudido 105 editoriales, y unos noventa editores están dispuestos a generar el mayor número posible de relaciones comerciales. Unos 4.000 títulos recientes se exhiben en los escaparates españoles dentro de una feria que, en palabras de Emiliano Martínez, 'será un laboratorio de primer orden para saber de qué manera se comporta el libro ante la incertidumbre de los mercados'.
El verdadero protagonista del día de la inauguración fue Juan García Ponce. Nacido en Mérida, Yucatán, en 1932 y autor de títulos como Figura de paja, La casa de la playa o El gato y otros cuentos, García Ponce responde a ese modelo de intelectual mexicano al que nada de lo que ocurre en el terreno de las letras le resulta ajeno. Este año, García Ponce ha sido distinguido con el Premio Juan Rulfo, que llega a su décima edición y que, por la envergadura de los que han recibido el galardón, se confirma como uno de los de mayor prestigio en el ámbito de la literatura escrita en español.
El rigor de la aventura literaria de Juan García Ponce, la variedad de géneros que ha practicado, el riesgo de algunas de sus apuestas, la riqueza de sus análisis y la radical independencia de su mirada fueron algunos de los rasgos que se elogiaron de su ya larga obra.
Babelia
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