Los veterinarios denuncian que la Xunta silencia los análisis de 94 vacas sospechosas

Sólo en el mes de febrero, Galicia registró 13 casos de vacas locas. En los siete meses transcurridos desde entonces, la Xunta sólo ha reconocido siete positivos más. La razón de este desconcertante frenazo, según la Plataforma de Veterinarios Oficiales de Galicia, es que la Xunta ha retenido y silenciado desde marzo los análisis de 94 vacas sospechosas. Las muestras salieron de los 18 mataderos autorizados hacia el laboratorio oficial de Lugo y nunca volvieron de allí. Tampoco fueron enviadas al centro de referencia de Zaragoza, según confirmó ayer su director, Juan José Badiola.

Manuel Mariñas, portavoz de la plataforma que agrupa a 370 veterinarios públicos gallegos, explicó ayer que sus datos provienen de una encuesta realizada entre los inspectores de los 18 mataderos autorizados en la comunidad para sacrificar reses mayores de 24 meses. El resultado: 94 muestras salieron desde marzo de esos mataderos hacia el laboratorio de Lugo sin que los resultados regresaran nunca a los mataderos.

El procedimiento habitual es que los análisis vuelvan de Lugo al matadero en un plazo de uno o dos días. Si son negativos, las reses siguen su proceso de comercialización. Si son positivos o dudosos, los animales se destruyen y las muestras se mandan al laboratorio de referencia de Zaragoza para su confirmación. Y también para su computación en las estadísticas oficiales.

De las 94 muestras sin billete de vuelta, cerca de 50 son anteriores al 1 de julio, cuando la ley permitía a los ganaderos vender las vacas sospechosas a la Administración para que las destruyera sin previo análisis. El resto son posteriores a esa fecha. La retención de los resultados es particularmente grave en estos casos, puesto que desde el 1 de julio todas las reses adultas sacrificadas deben analizarse forzosamente, vayan a entrar o no en la cadena alimentaria.

Indemnizaciones

Gracias a una circular remitida por la Xunta a sus veterinarios oficiales, Galicia sigue una curiosa práctica desde marzo. Si el laboratorio de Lugo tarda más de seis días en devolver los resultados al matadero, la res en cuestión es destruida. Y también lo son la vaca anterior y las dos posteriores en la línea de sacrificio, para evitar posibles contaminaciones. Estas medidas garantizan que ninguna res afectada se destine al consumo, pero no que los posibles positivos se contabilicen en las estadísticas. Máxime si el laboratorio de Lugo no devuelve los resultados ni envía las muestras a Zaragoza.

Según Mariñas, en estos casos la Xunta indemniza al ganadero por las cuatro vacas destruidas. Estas indemnizaciones habrían podido adscribirse, con cierta laxitud, al plan de destrucción vigente hasta el 30 de junio, pero a partir de esa fecha carecerían de toda base legal si las vacas no han sido analizadas. Toda res adulta sacrificada, intervenida o no, destinada a consumo o no, debe someterse a un test priónico y computada en las estadísticas.

Por el momento es imposible saber si las 94 muestras retenidas, o algunas de ellas, reflejan casos positivos. La Plataforma de Veterinarios Oficiales de Galicia acusa a la Xunta, en una nota remitida a este diario, de 'falsear la incidencia de la encefalopatía en Galicia, y por lo tanto en España, con el consiguiente perjuicio para su erradicación'.

La nota también señala: 'Pese a que los expertos indican que en Galicia no aparecerán casos de afectados por la forma humana de las vacas locas [la llamada nueva variante dela enfermedad de Creutzfeldt-Jakob], lo cierto es que al falsear la incidencia se contaminan las estadísticas, situación que hace más difícil valorar esa realidad'.

Este periódico intentó ayer repetidamente, sin éxito, recabar la versión de la consejería gallega de Agricultura sobre las denuncias de los veterinarios.

El director del Laboratorio Nacional de Referencia sobre Encefalopatías Transmisibles, Juan José Badiola, confirmó que su equipo no había recibido las 94 muestras que, según los veterinarios gallegos, han sido retenidas en el laboratorio oficial de la Xunta. 'Desde marzo sólo hemos recibido de Galicia siete muestras para su confirmación, y son las siete que figuran como positivos en la lista oficial del ministerio', dijo Badiola. 'Fueron dos en marzo, dos en julio, uno en agosto y dos en septiembre'.

Badiola y otros expertos han señalado a menudo que el plan de intervención y destrucción de reses sin análisis, que estuvo en vigor hasta el 1 de julio, impidió conocer el verdadero alcance de la epidemia. Esa situación se suponía corregida.