Bush congela las cuentas del terrorismo
El presidente ordena sanciones contra los bancos que no cooperen en una lista de 27 objetivos
'A las 12.01 de esta mañana, nuestra guerra contra el terrorismo recibió un gran impulso con un simple golpe de bolígrafo'. George W. Bush anunció ayer con esta frase que había firmado una orden que obligaba a las instituciones financieras estadounidenses a congelar los activos de 27 personas y entidades, entre ellas Osama Bin Laden y Al Qaeda. La orden se extiende, indirectamente, al resto del mundo: los bancos extranjeros que sigan manejando dinero relacionado con la lista, se arriesgan a sufrir el bloqueo de sus fondos y operaciones en los Estados Unidos. La lista es, por el momento, muy elemental. Contiene, según Bush, 'organizaciones y líderes terroristas, una corporación utilizada como tapadera por los terroristas, y tres ONG'.
El presidente precisó que esa relación era 'sólo el principio' y que se extendería en los próximos días, a medida que se conocieran con certeza los nombres de las sociedades interpuestas con las que operan Bin Laden, Al Qaeda y demás. Y matizó que la iniciativa financiera era complementaria al despliegue bélico: 'Que nadie se equivoque, por algo he ordenado al Ejército que permanezca preparado'.
Lo que se publicó ayer es de muy poca ayuda para los bancos e intermediarios financieros, que difícilmente hallarán en sus ordenadores una transferencia a nombre, por ejemplo, de 'Osama Bin Laden' o 'Grupo Combatiente Islámico de Libia'.
Pese a la solemnidad con que fueron presentadas la lista y la orden ejecutiva del presidente, ninguna entidad bancaria estadounidense dio a conocer en las siguientes horas acción alguna contra clientes sospechosos.
Los individuos y grupos terroristas incluidos en la relación, que según Bush constituye el equivalente financiero a la lista de delincuentes más buscados, son: Al Qaeda / Ejército Islámico; Grupo Abu Sayyaf; Grupos Armados Islámicos (GIA) de Argelia; Harakat ul-Mujahidin; Yihad Islámica de Egipto; Movimiento Islámico de Uzbekistán; Asbat al Ansar; Grupo Salafista para la Llamada al Combate; Al Itihaad al-Islamiya; Ejército Islámico de Aden; Osama Bin Laden; Muhamad Atif (alias Sybhi Abu Sitta y Abu Hafs al Masri); Sayf al-Adl; Saykh Sai'id (alias Mustafa Muhammad Ahmad); Abu Hafs el Mauritano (alias Mafuz Uld al-Walid, Jaled al-Sanqiti); Ibn Al Shaykh al-Libi; Abu Zubaydah (alias Zayn al-Abidin Muyhammad Husayn, Tariq); Abd al-Hadi al Iraqi (alias Abu Abdallah); Ayman al-Zawahiri; Thirwat Salah Shihata, Tariq Anwar al-Sayyid Ahmad (alias Fathi, Amr al-Fatih); y Muhammad Salah (alias Nasr Fahmi Nasr Hasanayn).
La tapadera
Las tres organizaciones no gubernamentales son Makhtab Al-Khimadat / Al Kifah; Wafa Humanitarian Organization, y Al Rashid Trust. La empresa que, según la Casa Blanca, ha sido identificada como 'tapadera' de las actividades financieras de los terroristas es Mamoun Darkazanli Import-Export Company.
'Sabemos', explicó Bush, 'que muchos de esos individuos y grupos operan fundamentalmente en el extranjero, y que no tienen mucho dinero en los Estados Unidos. Hemos desarrollado una estrategia para eso. Estamos avisando a bancos e instituciones financieras de todo el mundo, trabajaremos con sus gobiernos, les pediremos que congelen o bloqueen la capacidad de los terroristas para acceder a sus fondos. Si no nos ayudan facilitando información o bloqueando cuentas, el Departamento del Tesoro dispone de autoridad para congelar todos sus activos y transacciones en Estados Unidos'.
El presidente Bush anunció también la creación de una unidad especial en el Departamento del Tesoro, encargada de detectar fondos de los terroristas, con un doble objetivo: localizar a los terroristas rastreando la pista de su dinero, e impedirles actuar limitando al máximo sus recursos económicos. 'Trabajamos estrechamente con Naciones Unidas, la Unión Europea y la estructura del G7-G8 (las siete grandes potencias económicas, más Rusia) con el propósito de impedir que los terroristas se aprovechen de los sistemas financieros internacionales', añadió.
George W. Bush aseguró que contaba con la total cooperación del presidente ruso, Vladimir Putin: 'Putin fue la primera persona que me llamó al Air Force One en las horas críticas del 11 de septiembre, y me dijo claramente que comprendía que la guerra fría había terminado'.
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