Europa y EE UU inyectan dinero a la banca para calmar los mercados
Acción concertada de los bancos centrales para garantizar la liquidez financiera tras los ataques
El Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal estadounidense (Fed) se aliaron ayer para calmar los mercados financieros internacionales, sacudidos por los atentados terroristas en Estados Unidos. Ambos organismos acordaron inyectar 50.000 millones de dólares (9,5 billones de pesetas) en préstamos cada uno para garantizar las necesidades de liquidez de los bancos.
Según el acuerdo, el banco central estadounidense pone a disposición del BCE 50.000 millones de dólares. A cambio, éste se compromete a poner a disposición de los bancos estadounidenses la misma cantidad en euros en un plazo de 30 días. El BCE distribuirá el dinero a cada uno de los bancos nacionales que integran el sistema monetario europeo en función de sus necesidades de liquidez en la divisa norteamericana. En total se ponen se inyecta en el mercado a disposición de los bancos 100.000 millones de dólares.
La nueva dosis de capital para las entidades financieras muestra la determinación de las autoridades monetarias en las dos orillas del Atlántico por evitar que se produzca una catástrofe económica global. El Consejo de Gobierno del BCE, reunido en Francfort, mantuvo ayer su compromiso claro por hacer lo necesario para que 'la solidez' y la 'fortaleza' del sistema económico estadounidense no se vean perjudicadas por los efectos del ataque terrorista que ha sufrido el corazón financiero de Estados Unidos. Esa declaración la materializó con una nueva inyección de capital en los mercados, la segunda en 24 horas, para evitar situaciones de pánico en el sistema de pagos. Los mercados ya recibieron otros 63.000 millones de dólares del BCE. El Banco de Japón aportó 17.000.
En el caso de los bancos europeos, asegurar esa liquidez es vital porque la mayoría suele realizar sus operaciones en dólares a través de cuentas de entidades en Estados Unidos, cuya actividad se encuentra paralizada en estos momentos tras los atentados, a excepoción del mercado de deuda, que ayer volvió a funcionar. Los equipos de los bancos europeos recibieron con satisfacción la operación concertada de los bancos europeos y estadounidense.
El objetivo de esta acción coordinada entre Europa y Estados Unidos es 'respaldar el normal funcionamiento de los mercados', según una nota de prensa del BCE. De momento, y a la espera de la próxima reapertura de Wall Street, la normalidad reina en los mercados y se espera que 'siga prevaleciendo en el futuro próximo', según vaticinan los expertos en Francfort. No obstante, el compromiso es el de seguir garantizando desde Europa un nivel aceptable de liquidez 'si se hace necesario'. De ahí que el BCE haya inyectado ya más de 110.000 millones de dólares para evitar una escasez de dinero en la divisa estadounidense en los mercados y que ésta se derrumbe por la amenaza de crisis en la mayor economía.
El dólar frente al euro
El dólar se ha depreciado ligeramente frente al euro, un 1,5% desde que estalló la crisis en Estados Unidos. Ayer un dólar se cambiaba por 0,9105 euros en un mercado que habitualmente mueve 1,1 billones de dólares al día; ahora los bancos sólo realizan operaciones con grandes inversores y compañías y, aun así, los movimientos son escasos.
Respecto a la adopción por parte del BCE de medidas de apoyo al dólar, la opción sigue abierta, si se solicita desde Estados Unidos, a que Japón también amplie su aportación para respaldar esta acción estabilizadora. De momento no se han producido 'problemas mayores' en las bolsas europeas y, desde la sede del BCE en Francfort, se vigila que los sistemas de pagos funcionen correctamente. El organismo actuará si, debido a una falta de comunicación, se producen cuellos de botella.
El BCE también decidió en la reunión de ayer de su consejo mantener el tipo de interés fijado el 30 de agosto pasado en el 4,25% para no introducir nuevos elementos en la escena monetaria que puedan transmitir una sensación de pánico que se intenta controlar. El presidente del organismo, Wim Duisenberg, destacó de nuevo la importancia de conservar la calma y que de lo que se trata en este momento es de seguir políticas que permitan controlar la inflación para proteger el poder adquisitivo de los consumidores.
El BCE y la Comisión Europea están, además, siguiendo con atención la evolución de la actividad económica en Estados Unidos y en el resto del mundo por si se tuvieran que adoptar nuevas medidas de apoyo.
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