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TEMOR A LA RECESIÓN

La inflación cede hasta el 3,7% gracias a las gasolinas y los alimentos frescos

Los precios de los hoteles y otros alojamientos turísticos se dispararon un 17,6% en agosto

La inflación parece que por fin empieza a ceder y a buen ritmo, aunque las causas no son demasiado tranquilizadoras. En agosto, la tasa de los últimos doce meses se ha reducido hasta el 3,7%, dos décimas respecto de julio y medio punto si se cuenta desde junio. Han sido los alimentos frescos, en especial las patatas, y los carburantes y combustibles las razones del descenso. El sector servicios, por el contrario, se ha disparado un 0,7% en un solo mes, debido al alza espectacular (17,6%) de los precios de los alojamientos turísticos. La denominada inflación subyacente o estructural (descontados los alimentos frescos y la energía) ha subido hasta el 3,6%, la tasa más alta desde agosto de 1996.

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Han sido los productos que más oscilan y en los que menos se puede confiar desde el punto de vista del control de los precios los que han doblegado, por segundo mes consecutivo, la tasa anual de inflación. Por el contrario, las causas de fondo, más sensibles a la presión del consumo y a la falta de competencia, siguen sin dar tregua. En concreto, el sector servicios.

Esto es lo que reflejan los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a agosto. En ese mes, el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó dos décimas en relación a julio y en un 3,7% respecto de un año antes. Esta tasa es igual a la que había en enero pasado.

A partir de aquel mes, los precios se desbocaron, hasta un máximo del 4,2% entre mayo y junio. En julio se inició la tendencia a la baja con un recorte de tres décimas en la tasa anual y otras dos que se han añadido en agosto. En total, medio punto en dos meses y un anticipo de nuevos recortes en lo que queda de año, según los expertos consultados.

Las estimaciones sitúan el IPC en diciembre algo por encima del 3%, salvo que la situación internacional se complique y el precio del petróleo se dispare. En condiciones normales, no es previsible un aumento de los precios de la energía como el que se produjo en la segunda mitad del pasado año y tampoco cabe esperar una nueva crisis alimentaria. Por comparación, o efecto estadístico, el IPC debería moderarse de aquí a final de año.

Escaso margen

Éste es el margen con que se cuenta y es lo que ha ocurrido en agosto. Los precios de los alimentos frescos han aumentado un 0,6% respecto de julio cuando la subida el pasado año por esas fechas fue exactamente el doble. La caída más importante se ha producido en los precios de la patata, con un descenso del 8,9%. Los carburantes y combustibles se han reducido un 2% en un mes, con un descenso acumulado en los últimos doce meses del 1,4%.

El resto deja mucho que desear. En especial, el sector del turismo y hostelería que en un solo mes ha subido sus precios un 1,8% -con una repercusión de 0,25 décimas en el índice general- y un 17,6% si se consideran sólo los hoteles y otros alojamientos. El sector servicios en su conjunto aumentó un 0,7% sus precios en agosto y su tasa anual se ha elevado una décima, hasta el 4,2%.

Tampoco los alimentos elaborados han tenido un buen agosto desde el punto de vista del consumidor. Han aumentado un 0,3% en el mes central del verano, una décima más que un año antes, debido al encarecimiento del aceite (un 0,8% en relación a julio) provocado por la crisis del aceite de orujo. Aún así, el precio del aceite acumula una caída del 3,2% en los últimos doce meses.

El dato más preocupante de los conocidos ayer es el de la denominada inflación subyacente o estructural, que aumentó un 0,4% en relación a julio y un 3,6% respecto de un año antes, la tasa más alta de los últimos cinco años. Esta tasa suprime la evolución de los precios de la energía y de los alimentos frescos y es la que siguen más de cerca los analistas.

El INE dio ayer también a conocer el dato del IPC armonizado; es decir, el que es comparable con el del resto de países de la Unión Europea. El resultado en agosto es una subida del 3,6%, una décima inferior a julio. Aunque los datos del conjunto de países se publicarán en los próximos días, los que se conocen hasta ahora apuntan a la baja. Alemania ha mantenido su tasa anual en el 2,6%, Francia la ha reducido al 1,9% desde el 2,1% de julio e Italia ha pasado del 2,9% al 2,8%. El diferencial español con la zona euro ha podido permanecer en 0,9 puntos.

Tendencia a la baja

El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, destacó en los pasillos del Congreso que la inflación española mantiene la tendencia a la baja prevista por el Gobierno y coincide con la desaceleración de las tensiones inflacionistas en la economía europea'. En la nota oficial del ministerio, se confía en la caída de los precios del petróleo, la evolución del euro y la menor presión del consumo para que esa tendencia a la baja de la inflación española se consolide.

Tanto las Cámaras de Comercio como la CEOE destacaron que la caída de la inflación en agosto responde a factores coyunturales, en especial, al crudo. El sindicato UGT pidió al Gobierno que revise el objetivo de inflación (el 2%) y que no haga recaer sobre los trabajadores el coste de las desviaciones. CC OO señaló que el IPC a final de año 'difícilmente' se situará por debajo del 3,4%.

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