La mayor parte de las células madre cuya utilización va a financiar Bush está en manos extranjeras
Los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH) dieron a conocer ayer los 10 propietarios de las 64 líneas de células madre embrionarias ya cultivadas, a partir de las cuales el gobierno de Washington está dispuesto a financiar investigaciones sobre su potencial terapéutico. Sólo 20 de las 64 líneas están en manos de laboratorios de Estados Unidos. Los otros 44 están en Suecia (24), India (10) Australia (6) e Israel (4). El anuncio aplacó el escepticismo de la comunidad científica sobre la cantidad existente, pero incrementó sin embargo la incertidumbre sobre las condiciones y disponibilidad de esas colonias de células madre.
El acceso de los científicos a las células madre embrionarias depende de acuerdos individuales con cada una de las 10 instituciones -públicas y privadas-. Por el momento, el NIH dice que sólo cuenta con la promesa de que van a cooperar. Queda ahora la elaboración de contratos de uso y de derechos de patentes que los investigadores temen que entorpezca el objetivo final o prolongue el proceso para lograrlo.
Lana Skirboll, la directora de investigación del NIH, afirmó ayer que están elaborando el borrador de un contrato que pueda servir de modelo internacional. También informó que se ha abierto un registro de solicitudes de los fondos federales aprobados por el presidente Bush a principios de mes, que se podrá rellenar incluso a través de Internet.
La Universidad de Wisconsin -que tiene cinco líneas de células madre y ha venido cobrando 5.000 dólares por cada muestra- fue la primera en el mundo en desarrolar en 1998 un banco de células madre embrionarias y es también la primera en iniciar una batalla legal por los derechos de la patente. La justicia estadounidense deberá dirimir si la patente que tiene Geron, que fue la empresa que financió la investigación original de la universidad, es extensible a todos los descubrimientos que se deriven de ella o está limitada.
Además del laberinto burocrático y legal, los científicos de EEUU expresaron ayer preocupación, de cara a la utilización en medicina, por la compatibilidad genética de las células -dada la diversa procedencia étnica- , y por la posible contaminación con virus animales de líneas celulares obtenidas en contacto con células de ratón.
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