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El VI congreso mundial de tartamudos afronta un antiguo enigma del habla

El tratamiento de la tartamudez es sólo paliativo porque se desconoce su base biológica

La tartamudez es un antiguo enigma. A pesar de ser la anomalía del habla más estudiada, todavía se desconocen sus causas. En el VI Congreso Mundial de Personas que Tartamudean, que se celebra desde ayer hasta el día 26 de julio en la ciudad belga de Gante, se presentarán las novedades en la investigación genética y cerebral que podrán contribuir a avances terapéuticos.

Actividades cotidianas como llamar por teléfono, ir de compras o a un restaurante pueden convertirse en una verdadera pesadilla para una persona que tartamudea y se ve expuesta a malentendidos y burlas. Un tartamudo explicaba su paradójica situación: 'Por un lado somos demasiado conscientes de nuestro tartamudeo, mientras que por el otro no nos damos cuenta de lo que ocurre. Antes de hablar con un extraño sentimos vergüenza y temor de no lograrlo. Pero en el momento de tartamudear, no percibimos lo que está pasando con nuestros pulmones, con las cuerdas vocales, los labios o la lengua. Dejamos de captar el habla y nuestros pensamientos parecen alejarse mientras contemplamos cómo el tiempo se escapa'.

Sólo una mujer por cada cuatro hombres tiene problemas de fluidez del lenguaje
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El 1% de la población mundial tartamudea, lo que representa que en España hay alrededor de 400.000 personas. Es un problema principalmente masculino. Por cada cuatro hombres, sólo una mujer tiene dificultades con la fluidez del lenguaje. La tartamudez surge en la infancia durante el proceso de aprendizaje del idioma, pero la gran mayoría de los niños -sobre todo las niñas- se recuperan espontáneamente. Los especialistas recomiendan no ejercer ninguna presión sobre los pequeños, no corregirlos y esperar con paciencia a que acaben de hablar, sin interrumpirlos. Si no se recuperan con facilidad, Silvia Rainel-Straka, logopeda en Viena, dice que lo mejor es iniciar una terapia cuanto antes, ya que en la edad adulta se puede superar el trastorno, pero nunca eliminarlo por completo.

Dado que se ignora cuál es la raíz del problema, los tratamientos sólo pueden ser aproximativos. Las dos corrientes más eficaces para adultos son de larga duración: el sistema 'Dr. Fluency' sustituye el viejo esquema del habla por otro nuevo, de diferente entonación, con un entrenamiento respaldado por un programa informático con biofeedback; y en el método 'Van Ripper', presentado en el congreso por el alemán Andreas Starke, se enseña a tartamudear con calma y sin vergüenza.

'Hay que perder las inhibiciones para abordar el síntoma y superarlo conscientemente. El tartamudo tiene que adoptar una actitud deportiva', resume Starke.

También se puede alcanzar fluidez recurriendo a muletillas. Así se explica que tantos tartamudos triunfen hablando en público, como Marilyn Monroe, quien para no tropezar con sus propias palabras hablaba siempre en susurros, o Winston Churchill, quien evitaba en sus brillantes discursos cualquier palabra que pudiera causarle dificultades. También Isaac Newton y George Darwin figuran en la lista de célebres tartamudos, encabezada por el mayor orador de la Antigua Grecia, Diógenes, así como por Moisés, cuya lengua era 'tan pesada' que su hermano Aaron tenía que hablar por él, según cuenta la Biblia.

Los genes y otras incógnitas

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