Colombia no participará en la subasta de 'Cien años de soledad'

La historia de Cien años de soledad no se ha terminado de escribir. El penúltimo capítulo macondiano empezó con el anuncio de la entrada a subasta de las pruebas de imprenta de esta obra corregidas por el propio Gabriel García Márquez y que ha generado un debate en Colombia sobre la conveniencia o no de que sean adquiridas por el Gobierno. La ministra de Cultura, Araceli Morales, ha salido al paso diciendo que 'el Gobierno no podrá estar presente en la subasta', por falta de presupuesto. Aunque invitó a entidades semioficiales y privadas y a colombianos particulares para que intentaran adquirir la novela.

La negativa del Gobierno es por el alto precio de salida de estos originales: 500.000 dólares (cerca de 100 millones de pesetas). La subasta se realizará el 21 de septiembre en la sede de Subastas Velázquez, en Barcelona. García Márquez ha aclarado que no tiene nada que ver con este hecho, ya que se trata de un material que regaló en 1967 al cineasta y amigo español Luis Alcoriza (1921-1992), en México DF, cuyos herederos lo han puesto a la venta. Una pieza por la que ya han mostrado interés dos universidades de Estados Unidos, un coleccionista privado francés y dos españoles, según Pelegrí Haro i Perich, propietario de la casa de subastas. Se trata de unas pruebas de imprenta de 180 folios en los que García Márquez hizo 1.026 correcciones.

Opiniones diversas

La prensa colombiana y personajes de la cultura y de la política ya han expresado toda clase de opiniones. En España, dos colombianos expertos en la obra de Gabo también han hecho lo propio. Conrado Zuluaga, consejero cultural de la Embajada de Colombia en España y autor de Puerta abierta a Gabriel García Márquez (Casiopea), ha reconocido que, aunque el precio es alto, 'nunca lo suficiente como para respaldar la doble moral de quienes propugnan por el armamentismo o miran con condescendencia la corrupción y se escandalizan por la cifra de salida'.

Por su parte, Saldívar, uno de los biógrafos de Gabo y autor de García Márquez. El viaje a la semilla (Alfaguara), asegura que la negativa de su Gobierno 'es apenas una expresión coherente de la cicatería de marras de los políticos colombianos. Es normal: si un gobierno le escamotea al pueblo el trabajo, la salud, la educación y la seguridad, ¿cómo va a aportar dinero y esfuerzo para lograr un objeto cultural de primer orden?'.

Zuluaga y Saldívar coinciden en que se debe hacer todo lo posible para que estas galeradas queden en Colombia, porque, afirma Zuluaga, 'se trata de un documento que forma parte del patrimonio cultural de Colombia y es el original de la novela en lengua española más importante del siglo XX. De modo que hay que mover la solidaridad nacional y el apoyo internacional, la empresa privada, lo que sea, para que estos originales de Cien años de soledad se queden en Colombia, o al menos en el área idiomática, y no vayan a parar al depósito de una biblioteca de EE UU o a manos privadas'.