Las 'vacas locas' y la fiebre aftosa fuerzan a la UE a revisar toda su política agrícola
Alemania y Holanda matan los animales importados y Bélgica e Irlanda cierran sus mercados
El hallazgo de cinco nuevos casos de fiebre aftosa elevó ayer a 12 el número de animales infectados en granjas y mataderos repartidas por Inglaterra y Gales -Escocia está limpia de momento- desde la aparición de la enfermedad hace una semana. Estas nuevas confirmaciones supusieron un duro golpe para los granjeros británicos, que deben sacrificar a todos los animales que hayan podido estar en contacto con los infectados y temen la declaración oficial de una epidemia por parte del Gobierno. Nick Brown, ministro de Agricultura, aseguró ayer ante la Cámara de los Comunes que hará lo posible por erradicar la fiebre, pero de ningún modo podía levantar aún la prohibición de transportar ganado vivo. Los mercados y los mataderos seguirán también cerrados hasta el viernes y Brown está dispuesto ampliar dicho plazo varios días más si es necesario. Anoche habían sido sacrificados de un tiro en la cabeza y luego incinerados más de 2.000 reses, cerdos y ovejas en los propios terrenos de granjas y mataderos afectados. Según Jim Scudamore, veterinario jefe del Gobierno, dicha cifra ascenderá a casi 7.000 en las próximas horas. Si sus colegas no consiguen llegar a todas partes para examinar a los animales, serán reclutados de forma temporal veterinarios de Australia, Estados Unidos, Irlanda y Nueva Zelanda. En Escocia, donde los resultados de los análisis efectuados en varias granjas no estarán listos hasta hoy, los líderes ganaderos han advertido que pueden perderse en breve hasta 5.000 empleos de continuar las restricciones sobre el transporte de animales. El zoo de Edimburgo, de todos modos, ha cerrado como precaución.
La Unión de Ganaderos, que ha solicitado ayuda económica directamente al líder laborista, Tony Blair, pidió ayer a excursionistas, cazadores de todo tipo, pescadores y amantes de la naturaleza en general que se abstengan de salir al campo de momento. La fiebre aftosa no afecta a las personas pero sus idas y venidas junto a terrenos de pasto pueden contribuir a extender la enfermedad. La Alianza para el Campo, que pensaba congregar a cerca de 200.000 personas en Londres el 18 de marzo en su campaña contra la prohibición de la caza del zorro, ha suspendido la marcha hasta nueva orden.
Mientras el Reino Unido se prepara para afrontar una posible epidemia de fiebre aftosa, varios países de la UE que importan reses británicas han decidido evitar de la forma más radical la aparición del virus en su territorio. Holanda ha sacrificado 4.300 animales y cerrado sus mercados de ganado vivo. Alemania ha optado también por deshacerse de las cabezas compradas al otro lado del Canal de la Mancha y poner en cuarentena sus propias granjas. Francia ha localizado y confinado en sus establos a 47.000 cabezas importadas a ganaderos británicos.
Bélgica e Irlanda han clausurado sus mercados e impuesto controles, sobre todo ésta última, en las fronteras para comprobar el origen de los cargamentos de carne.
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