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EE UU obligará a publicar los riesgos de las terapias genéticas

Las autoridades sanitarias de EE UU han creado unas nuevas normas que obligan a los médicos y a los centros de investigación a revelar los riesgos y posibles efectos secundarios de los experimentos con terapia genética. La normativa es la respuesta al escándalo desatado con el caso de Jesse Gelsinger, un joven que murió tras haber sido inoculado con un virus alterado genéticamente para corregir sus insuficiencias hepáticas. El virus era similar al que provoca catarros y gripes, pero había sido modificado para introducir en el organismo nuevos genes.

Posteriormente se supo que los investigadores no comunicaron a las autoridades -ni al paciente- que el mismo tratamiento genético había provocado la muerte de dos monos en ensayos anteriores. Los médicos insistieron en que actuaron correctamente.

El Gobierno suspendió después los ocho experimentos de terapia genética que se desarrollaban en ese mismo centro, dependiente de la Universidad de Pensilvania, y prometió una nueva normativa, que es la que ahora entra en su su última fase.

Una corriente de investigadores considera poco fiable la terapia genética como para aplicarla ya en el tratamiento de pacientes. Al menos 5.000 enfermos han participado en los últimos años en los 350 experimentos clínicos desarrollados en EE UU con terapia genética, uno de los campos más prometedores y revolucionarios de la medicina.

Hasta que el escándalo saltó a la prensa, el Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE UU sólo había sido informado de 39 de los 691 experimentos fracasados con terapia genética en hospitales y universidades del país. La normativa, que está en fase de corrección final, obligará a los investigadores a enviar a las páginas de Internet de la FDA toda la información sobre riesgos y posibles efectos de los experimentos, y deberá hacerse antes de que el tratamiento comience. Jane Henney, responsable de la FDA, aseguró que estas terapias 'son una gran promesa de futuro, pero también plantean riesgos remotos pero reales'.

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