_
_
_
_
Tribuna:Un cronista de fin de siglo gana el Cervantes 2000
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Periodista

Anochecía en el Madrid que hemos aprendido a ver porque él, entre otras cosas, nos lo ha contado. La televisión dio la noticia cuando, asomada a la ventana del hotel, yo contemplaba la parte posterior de una estatua antigua, la de un señor con capa que lleva en la mano los útiles de su oficio: Miguel de Cervantes. Lo primero que pensé es que, algún día, quizá alguien escuche, o lea en Internet, que le han concedido el Premio Francisco Umbral a un descendiente de su ilustre estirpe de amadores del idioma y los silencios.Tiene que ocurrir, y puede que hasta le dediquen estatua en el futuro, pero una cosa es cierta: Paco Umbral no será nunca bronce ni piedra, sino el genuino observador de esta vida que pasamos y que nos pasa. El testigo que narra lo que somos, y que lo hace mediante el instrumento que, mientras nos informa, nos civiliza: la lengua, nuestra lengua, el castellano duro y conciso, hermoso e imprescindible.

Más información
La pluma incisiva de Umbral logra el Cervantes tras cinco horas de deliberaciones

Del Umbral periodista, que es inmenso, guardo recuerdos concretos como el sabor de un cigarrillo de picadura, convertido en metáfora de nuestra mala baba nacional por obra de su inteligencia. Tiene siempre algo que contar porque sabe que todo puede ser contado. Lo que pasa es que, primero, hay que verlo, y segundo, hay que tener esa especial relación con las palabras que Umbral ha establecido: como si ellas y él se conocieran desde mucho antes de que nosotros pudiéramos disfrutar del resultado de su encuentro.

Permitan que me enorgullezca de que Umbral periodista haya obtenido el Premio Cervantes, entre otras razones -la de que a él le apetecía muchísimo sería una: y eso me parece noble y lícito- porque este oficio nuestro necesita de elementos que respeten el idioma, y a lo mejor, con el ejemplo, nos animamos todos a dejar de maltratarlo con invenciones verbales que prefieren adoptar la retórica simplona que utilizan los políticos antes que ponerse a trabajar seriamente, como Paco Umbral ha hecho siempre, desde su columnismo impecable.

El día a día: ahí es nada. Todos lo sabemos: es lo más difícil. Por eso admira, y por eso excita, y por eso irrita, y por eso conmueve.

Escribir bien todos los días y ser suyo, muy suyo, y ser por eso mismo de cada lector, es algo que Paco Umbral lleva haciendo muchos años no sólo sin desfallecer, sino disfrutando. Yo a eso, además de periodismo exquisito, lo llamo también generosidad. La generosidad se manifiesta con diferentes rostros, y en mi calidad de lectora sé apreciar lo que se me da con arte y gracia, constancia e incluso zarpazos.

Le conviertan en estatua o no (y espero que el alcalde del futuro lejano que promulgue el decreto posea mejor gusto artístico que éste de ahora), no me cabe duda de que Francisco Umbral es ya de la calle, hecho con la calle, enraizado en la calle. La calle de la vida por donde transitamos los unos y los otros, mientras él mira, reflexiona y escribe, con el debido respeto a la palabra y la verdad, y ninguno, pero que ninguno, a lo convencional y lo que no le pasa por los santísimos atributos. Felicidades.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_