El Museo Británico abre una gran plaza interior diseñada por Norman Foster
La construcción de la cúpula de cristal y acero ha costado 27.000 millones de pesetas
Tras cumplir con sus obligaciones constitucionales pronunciando el Discurso de la Corona, la reina Isabel II acudió ayer a una cita en principio menos comprometida: la inauguración de la plaza interior que lleva su nombre en el corazón del Museo Británico. Diseñada por el arquitecto Norman Foster y con un coste de 100 millones de libras (27.000 millones de pesetas), se ha convertido en el espacio cubierto más grande de Europa. Los puristas, sin embargo, interpretan como una afrenta el hecho de que la piedra caliza utilizada en uno de los pórticos sea francesa.