"Yo canto como hago reportajes"
Es actor, presentador, compositor y cantante, pero él se siente "artista, que es lo que le dije a mi mamá que sería de mayor". Se llama Pablo Carbonell, y tras varios años de silencio discográfico acaba de editar su primer disco en solitario, Aceitunas y estrellas. Si lo ha titulado así es "porque lo de cantautor plasta, que era el nombre adoptado por mi personaje hasta hace poco, no cuadra con las canciones del disco, musicadas no sólo con una guitarra de palo". Abundando en el título, Carbonell afirmó que "si el átomo y el universo son lo mismo por qué no serán también lo mismo las aceitunas y las estrellas", para luego continuar en un monólogo que consideró al hueso como núcleo de la aceituna y a la letra como el de las canciones. Más adelante, Carbonell negó que sus diversas actividades distorsionen su carrera musical, "ya que todas tienen mucho que ver. De hecho", continuó, "yo canto como hago reportajes, e interpreto como actor con el sentido dramático que me permitió subirme al escenario como vocalista de Los Toreros Muertos". El cantante se autodefinió como "un artista", modelo que describió como "cualquier persona que se deja sorprender por el entorno, se esfuerza por tener una opinión al respecto y se reinventa a sí mismo viéndose en el espejo de lo que hace".Carbonell se había despertado a las tres de la mañana en Londres, donde la víspera había estado haciendo un reportaje sobre una subasta de obras de Dalí en Sotheby's para Caiga Quien Caiga. En el avión que le llevó a Barcelona minutó el reportaje, y poco después estaba presentando su primer disco en solitario sin mostrar demasiada cara de contrariedad. "Es un disco que me ha dejado muy a gustito", dijo, "sentimiento que exigimos a todos los artistas que graban en nuestra compañía, 18 Chulos". Esta compañía, que publica trabajos de Javier Krahe, Javier Ruibal o Dieguito El Cigala, ha sido montada con capital de El Gran Wyoming, Santiago Segura, Pepín Tre, Faemino y otros artistas. "Sí, es posible que este sello, un sello para dar colorcillo, parezca una ONG, ya que no quiere vender muchos discos o poner húmedas a las chicas que aún no tienen formada la personalidad", afirmó Carbonell, para luego evocar una frase promocional de El Gran Wyoming "no tenga prisa en comprar estos discos, son para toda la vida".
Como artista, Carbonell se sintió liberado "al tener las manos libres por no tocar la guitarra", y reconoció que ahora era un poco más benevolente consigo mismo que en su época con Los Toreros Muertos, grupo "del que sólo oía los fallos". "Ahora", siguió Carbonell, "me fijo en las cosas buenas de mi disco, del que estoy tan enamorado que igual me acuesto con él esta noche y mañana tengo que ir al médico para que me lo saque del culo". Más en serio, Carbonell aceptó que "el paso del tiempo me ayuda a ser más comprensivo conmigo mismo. A partir de que en escena eres más grotesco que sensual, tienes que empezar a aceptarte a ti mismo, porque eso de la eterna adolescencia dura muy poco".
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