El Gobierno comprará carne de vacuno para evitar el desplome de precios
Los productores creen que el consumo bajará a la mitad en las próximas fiestas navideñas
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Miguel Arias Cañete, aseguró ayer que el Gobierno tiene la intención de realizar compras de carne de vacuno para evitar el desplome de los precios, una medida prevista ya por la Unión Europea. Arias Cañete añadió que se adoptarán otras medidas para tranquilizar a los consumidores tras la detección de una vaca afectada por el mal de las vacas locas en España. Fuentes del sector ganadero estiman que el consumo de carne de vacuno se reducirá a menos de la mitad en las próximas fiestas navideñas y que las pérdidas alcanzarán los 7.000 millones de pesetas.
Pruebas y laboratorios
Ganaderos, mataderos y carniceros coindicieron ayer en solicitar la intervención del Gobierno, ante la caída de hasta un 30% en el precio de la carne de vacuno y la disminución de un 70% en el ritmo de sacrificio de las reses. Pese a esta demanda, el Ministerio de Agricultura no dio cifras sobre el coste de esta intervención, prevista ya por la Unión Europea, ni sobre su alcance. La Comisión Europea estimó esta semana que sacrificar y sacar del mercado las reses que no se puedan vender (625.000 toneladas de carne, un 10% del mercado) le supondrá más de 145.000 millones de pesetas. Con fondos comunitarios se sufragará el 70% del valor de las reses afectadas, mientras que el Estado que decida llevar a cabo la intervención cargará con el 30% restante y el coste de eliminar los restos del animal. En España, parte de la carne podría quedar almacenada en la red pública de congeladores dependientes de la sociedad pública Mercasa, informa Servimedia, para su aprovechamiento posterior tras realizar los análisis pertinentes para garantizar su seguridad.Si bien los productores de vacuno perderán, según las estimaciones, 7.000 millones de pesetas hasta fin de año, esta misma cantidad será la ganada por los productores de otras carnes, al decantarse los consumidores previsiblemente por el pollo, el pavo, el avestruz, el cerdo, el cordero o el conejo.
Las declaraciones de Arias Cañete se sucedieron ayer. En Valladolid aprovechó su participación en un congreso sobre cooperativismo agrario para anunciar que propondrá un cambio en la Política Agraria Común para dar apoyo al cultivo de girasol y colza para los piensos con el fin de evitar una excesiva dependencia de la importación de soja si entra en vigor la prohibición de las harinas de origen animal para la alimentación del ganado, informa Francisco Forjas. Para el ministro esta situación implicará la llegada de "soja transgénica debido a las masivas cantidades que habrá que traer para reformular los piensos y producir alimentos de origen vegetal".
Arias Cañete anunció más tarde en Madrid que va a ofrecer a las comunidades autónomas un convenio por el que el Gobierno se compromete a "financiar íntegramente" el coste de "los test de priones" que sean necesarios para "analizar a todos los ejemplares de más de 30 meses que vayan al matadero", informa Pilar Marcos.El Ejecutivo, que discutió ayer el tema en la Comisión Delegada de Asuntos Económicos y decidió el traslado de las medidas propuestas al Consejo de Ministros, se compromete además a financiar el 50% del coste de "la infraestructura de los laboratorios"que haya que crear, así como "el coste de personal" de los mismos. Agricultura va a proponer, además, a las comunidades autónomas que planteen a las empresas fabricantes de harinas animales su reconversión en empresas transformadoras de los materiales especiales de riesgo (MER) que deben quedar fuera de la cadena alimentaria, así como de las reses, una vez muertas, que no puedan dedicarse al consumo por no haber pasado los obligatorios test de priones o por ser sospechosas de tener la enfermedad.
El ministro, que en Valladolid criticó al PSOE, partido al que responsabilizó de la "crisis de confianza en los ciudadanos y los ganaderos", en Madrid hizo las citadas declaraciones poco antes de intervenir en la comisión de Agricultura en el Congreso de los Diputados. En ella, el PSOE le criticó que cada día diga una cosa. Si el miércoles el ministro argumentaba que no había peligro para alimentar con harinas animales a la cabaña no bovina, y destacaba la dificultad de destruir los MER, ayer ya apostaba claramente por hacerlo y por firmar un acuerdo para ello con las autonomías.
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