La posibilidad de modificar la herencia genética llegará pronto, alertan los expertos
Un informe de EE UU señala que la sociedad debe enfrentarse a los problemas éticos
Evitar que los descendientes hereden una enfermedad genética o decidir de qué color tendrán los ojos es algo que no se puede hacer todavía de forma segura y responsable, pero que puede llegar a formar parte pronto de la oferta médica, señalan expertos en ciencia, ética, religión y derecho, que han estudiado el tema durante dos años y medio por encargo de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). Su recomendación es que la sociedad se prepare ya para afrontar las serias implicaciones éticas de unas técnicas que modificarían la especie humana.
Mejora estética
Los autores del informe sobre las implicaciones científicas, éticas, religiosas y normativas de las modificación genéticas hereditarias en seres humanos, presentado ayer en Washington, concluyen con una llamada de atención a una sociedad que consideran mal preparada para decidir lo que quiere hacer con unas técnicas que pueden estar a la vuelta de la esquina. "El futuro no es algo fijo", concluyen. "Es básico que entendamos las posibilidades que están por llegar para que podamos hacer elecciones informadas y razonadas sobre el futuro". Según estos expertos estadounidenses "tendremos que decidir si la modificación genética hereditaria es una alternativa aceptable social, ética y teológicamente a otras tecnologías posibles para prevenir o corregir el daño atribuible a genes mutados".
Etapa intermedia
Cuando las técnicas mejoren se podrán ofrecer tratamientos genéticos que eviten a los hijos de hemofílicos padecer esta enfermedad, por ejemplo, pero también surgirá inevitablemente una oferta de mejoras genéticas no relacionadas con la salud que modificarán el genoma de los descendientes. Los padres pueden buscar tener hijos más altos, más inteligentes o con más memoria. Las técnicas "tienen la capacidad potencial de producir una revolución no sólo médica, sino social, porque nos ofrecen poder moldear a nuestros hijos de muchas formas nuevas", explican los expertos. "Estas técnicas nos podrían dar un control extraordinario sobre las propiedades biológicas y los rasgos de la personalidad que en la actualidad consideramos como definitorios de la humanidad".Basándose en la experiencia de lo que ha pasado con las técnicas de reproducción asistida, que ahora se ofrecen prácticamente sin cortapisas, pero que sólo pueden ser utilizadas por una pequenísima fracción de la humanidad, dado su alto coste, los expertos creen que las modificaciones hereditarias suscitan muchas dudas acerca de "la justicia en la distribución de los beneficios" de esta ciencia".
"En una cultura en la que tienden a no tolerarse las imperfecciones", las modificaciones genéticas hereditarias pueden abrir una brecha aún mayor entre ricos y pobres", indicó ayer Sondra Wheeler, del seminario teológico Wesley, informa Efe.
En todo caso, resulta "muy importante" mejorar la conciencia social de las posibilidades técnicas, estudiar con cuidado las implicaciones de su uso y diseñar un proceso de discusión pública permanente antes de tomar decisión alguna, advierten los autores del informe.
Lo que no hacen éstos, sin embargo, es pedir que las investigaciones en este área se paren o se prohíban. Abogan por lo que llaman una etapa intermedia, que permita diseñar intervenciones que sean lo más efectivas y seguras posibles, si alguna vez se llegan a efectuar en humanos.
Para esta etapa intermedia, los expertos recomiendan que se estimule la investigación básica en células y animales relacionada con la modificación de la herencia. "Esto concuerda con la larga tradición de libertad científica y refleja la idea de que si abandonamos esta línea de investigación podemos quedarnos sin descubrimientos inesperados que podrían hacer progresar otras áreas de la investigación biomédica", explican. Pero estas investigaciones deben acompañarse de un sistema de recogida de los datos relacionados con ellas que acabe en un banco nacional de datos, el cual debe servir a su vez para evaluar las decisiones sobre la ampliación de la investigación a seres humanos.Todo ello debe funcionar bajo la supervisión de un organismo independiente, que establezca los protocolos de investigación y evalúe los resultados.
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