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El Senado de Chile debate sobre el golpe de Pinochet

Clamor social

Volviendo 27 años atrás en la historia, el Senado discutió ayer en una sesión que se extendió durante tres horas, por petición de la derecha, las causas que provocaron el golpe de Estado de septiembre de 1973, con el que los militares derrocaron al Gobierno de Salvador Allende, en una iniciativa destinada a blanquear la imagen del ex dictador Augusto Pinochet después de que la Corte Suprema le quitara su inmunidad diplomática y a explicar las violaciones a los derechos humanos por el contexto de crisis política, económica y social que existía antes del golpe militar. Ante tribunas con partidarios y detractores de Pinochet, los senadores de la coalición gobernante, que incluso evaluaron no asistir a la sesión especial, replicaron desnudando el intento de la derecha, criticaron que nada puede justificar los crímenes que cometió la dictadura y calificaron como una pretensión totalitaria intentar alcanzar una interpretación única del pasado. El presidente Ricardo Lagos, entretanto, ironizó sobre el objetivo del debate y dijo que "no puede haber una historia oficial". Derrotado ante la justicia, el pinochetismo intentó ayer justificarse en términos históricos, en la primera sesión que el Parlamento chileno dedica a revisar el golpe militar.

El senador de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) Sergio Fernández, ex ministro del Interior de la dictadura, explicó que gracias a la intervención de las Fuerzas Armadas en 1973 no hubo guerra civil en Chile y aunque admitió que los atropellos a los derechos humanos no son justificables, consideró indispensable considerar su contexto, la crisis a la que arrastró al país la "revolución a la chilena" que pretendió realizar Allende y el periodo de la guerra fría.

Avanzando más allá en esta línea de argumentación, con una franqueza que otro parlamentario calificó de "brutal" y por lo mismo valiosa, el senador designado y ex comandante en jefe de la Armada, Jorge Martínez Busch, criticó el fallo de la Corte Suprema como político, sostuvo que es una "ingenuidad" creer que Allende sólo quería una vía pacífica al socialismo y afirmó que los militares llegaron al golpe de 1973 movidos por el clamor social que así lo pedía, entre el que incluyó a la Democracia Cristiana.El senador de Renovación Nacional Ignacio Pérez, a su vez, criticó la asimetría de que no se esté respetando la ley de amnistía mientras los izquierdistas que practicaron terrorismo estén libres, y que mientras se "inaugura una estatua a un presidente que destruye un país (Allende), se trata de meter en la cárcel a otro que lo reconstruyó (Pinochet)". La respuesta fue categórica desde las filas oficialistas. El senador socialista Jaime Gazmuri sostuvo que ningún contexto, causa ni explicación puede justificar crímenes como los que cometió la caravana de la muerte.

Cuando finalizó la sesión, la policía desalojó de la sala a un grupo de simpatizantes pinochetistas que comenzaron a lanzar consignas a favor del ex dictador.

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