Madurez de la tinta fina

La tempranillo adopta tanto nombres como zonas vitivinícolas en las que se cultiva. Cencibel, Ull de Llebre, tinta fina, tinta del país, tinta de Toro, son diferentes denominaciones para una misma variedad que adopta diferentes comportamientos y rendimientos según el tipo de suelo, el cuidado del viñedo, la edad de la cepa, etcétera. En el caso de la tinta fina, que está copando, con alguna excepción, la denominación de origen Ribera de Duero, durante sus primeros años y hasta que la cepa no alcanza un grado de madurez adecuado no permite elaborar esos caldos armónicos y densos que han conquistado el gusto del consumidor actual.Así, tendremos que esperar varios años a que la tempranillo supere la juventud y alcance la madurez y con ella la tipicidad de la tinta fina. Por tanto, si no queremos recurrir a prácticas de laboratorio, para elaborar buenos vinos tendremos que disponer de viñedo de mayor edad.

La familia Moro, con bodega propia desde 1989, pero cultivando viñedo desde muchas generaciones atrás, cuenta con 35 hectáreas de tinta fina a partir de las cuales elabora unos caldos asombrosos, pero dentro del arquetipo clásico de los Ribera de Duero. Como este Emilio Moro crianza del 97 cargado de color picota, bien cubierto. Complejo en nariz, con notas de frutas negras, tostados minerales. En boca, buena estructura, potente tanicidad, alta, pero agradable. En suma, un vino largo que evolucionará en botella, un gran Ribera del Duero actual y consecuente.

Bodegas Emilio Moro.

Carretera Pesquera-Valoria s/n. Pesquera de Duero (Valladolid).

Teléfono: 983 47 28 82.