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Los expertos advierten que el boquerón mediterráneo está en situación crítica Las principales causas son la pesca excesiva y la contaminación

Los expertos han dado la voz de alarma: la sobreexplotación de los recursos ha puesto al boquerón en una situación dramática en todo el Mediterráneo. El futuro tampoco es muy halagüeño ya que se ha registrado un descenso "hasta niveles especialmente críticos para la especie" tanto de los adultos reproductores como de los ejemplares jóvenes a punto de entrar en edad de procrear. La advertencia fue lanzada por el comité científico asesor de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo, que se reunió la semana pasada en Fuengirola.

La Comisión de Pesca del Mediterráneo es un organismo dependiente de la FAO, del que forman parte 23 miembros: los países ribereños; Japón, cuyos barcos operan en estas aguas y la Unión Europea. Los treinta y cinco científicos que asistieron a la reunión de Fuengirola han hecho un llamamiento, a fin de que las administraciones adopten medidas para garantizar la recuperación de los caladeros. Aunque las conclusiones del encuentro no incluyen los datos manejados por los expertos, el informe es rotundo: "el boquerón se encuentra en un claro estado de sobreexplotación". Por el contrario, el documento asegura que "la situación de la sardina es relativamente estable". Estas recomendaciones serán elevadas a la comisión en un encuentro que se celebrará en septiembre en Malta. Los expertos ya advirtieron el año pasado en ese foro de la necesidad de adoptar medidas urgentes, pero una razón burocrática impidió entonces avanzar en la protección de los recursos: no se logró el quórum de estados miembros exigido para tomar resoluciones.

Para Juan Antonio Camiñas, director del Centro Oceanográfico de Málaga, "es imprescindible una explotación más racional basada en medidas de gestión que se adapten a cada zona y tengan en cuenta aspectos biológicos, económicos y sociales". Desde 1999 se aplica en el litoral mediterráneo una parada biológica que pretende dar un respiro a los caladeros, aunque según los expertos por la época en la que se ha establecido -febrero y marzo- beneficia más a la sardina que el boquerón, cuando ésta es la especie que presenta una situación más crítica. El Mediterráneo andaluz es una de las zonas más afectadas por el problema, desde hace más de diez años. Por el contrario, los bancos de peces mejor conservados son los del Golfo de León, frente a Francia; el Adriático, la costa de Túnez y el Egeo.

El informe confirma además la captura de inmaduros tanto en el sur del Adriático como en el mar de Alborán. También que en todo el Mediterráneo se autoriza la pesca del boquerón con tallas en las que los ejemplares no llegan ni siquiera a una primera reproducción que garantice el mantenimiento de los recursos ictícolas. "Respecto a las tallas de primera captura para el boquerón, recopiladas durante la reunión, se constató que en todos los casos son inferiores a la talla de primera madurez, lo que representa un serio riesgo para la especie", advierte el documento.

En España la normativa establece nueve centímetros, pese a que estos peces no alcanzan su capacidad reproductiva hasta los once centímetros. El problema, según los técnicos, es que el mar de Alborán es una pesquería de reclutas (ejemplares jóvenes) y aumentar la talla mínima supondría prohibir las capturas. En esa zona, cuando los ejemplares llegan a medir nueve o diez centímetros emigran a aguas más profundas, mar adentro. El boquerón o la sardina pueden llegar a vivir diez años, pero lo normal es que se les capture con uno de dos.

Pese a que los científicos tienen criterios más proteccionistas que los pescadores o las administraciones, reconocen que la presión pesquera no es la única causa del descenso de los recursos y que hay factores medioambientales que también repercuten de forma negativa sobre la riqueza de los caladeros. "Los cambios de temperatura, con corrientes más frías o más calientes de lo habitual, la escasez de alimentos para las larvas, la baja tasa de oxígeno en el agua o la contaminación, también contribuyen a este problema", afirma Camiñas.

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Una hembra de estas especies puede poner cientos de miles de huevos, que fecundados por el macho se convierten en unas horas en larvas. Los pescadores dicen que en un mes o dos ya estarán vestidas, es decir tendrán color, dejarán de ser transparentes.

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