Un río a la búsqueda de imagen
Las comarcas de la cuenca del Llobregat precisan de un trato promocional conjunto, desde el nacimiento del río en Castellar de n'Hug hasta su desembocadura en El Prat, para revalorizar las iniciativas que en estos momentos ya se desarrollan a escala económica y enriquecerse las unas a las otras. Esta promoción supone la creación de una marca, una imagen global, el fortalecimiento de las iniciativas locales y la captación de las privadas para configurar un proyecto a través del eje patrimonial que han dejado las colonias textiles y mineras que durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX llenaron de vida el río más industrial de Cataluña, y que ahora están sin uso industrial. El Llobregat puede ser una marca que unifique, sin que esto suponga homogeneización, sino suma de esfuerzos.Ayer concluyeron en Manresa las jornadas tituladas El Llobregat como factor de promoción y dinamización del territorio, organizadas por la Diputación de Barcelona y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), y aquéllas son algunas de las conclusiones de acto. El debate ha servido para poner en común todas las experiencias e iniciativas que se han generado en los últimos años a fin de conservar el patrimonio que dejó el pasado industrial y aprovechar los recursos naturales que ofrece la cuenca.
Es en su conjunto una oferta heterogénea, con zonas al sur que aún tienen un importante peso industrial y otras, al norte, en las que el futuro se centra en el aprovechamiento turístico de los recursos existentes. Una área al sur que aún no ha descubierto las potencialidades turísticas de la cuenca y otra, al norte, que ha debido poner imaginación y energías para superar los momentos de profundas crisis en las que se han visto sumidas distintas poblaciones. Una cuenca con historia industrial textil, metalúrgica y minera (carbón y potasa); con valores paisajísticos únicos, como Montserrat; con zonas en declive y otras en franca recuperación, con museos sobre la historia de los telares (Can Sedó, Esparreguera y Colonia Vidal, Puig-reig), de la minería del carbón (en Sant Corneli, Cercs), con recursos de escaso beneficio turístico como el pantano de La Baells. Y como les dijo ayer a los reunidos Dennis Frenchman, professor del Massachusetts Institute of Technology, el prestigioso MIT, es una cuenca con "un potencial enorme porque la mayoría de los recursos están intactos".
La Administración, representada por la Diputación de Barcelona y ayuntamientos, expertos de la UPC y del MIT, arquitectos, urbanistas, ingenieros, responsables de las iniciativas que ya se desarrollan actualmente en el Llobregat han concluido que el patrimonio cultural y natural de esta zona debe ser un proyecto único con la participación de todos y el impulso, que ya presta en estos momentos, de la Diputación de Barcelona, y al que hay que incorporar a la Generalitat.
Josep Mayoral, diputado de Turismo, considera que la jornada que finalizó ayer marca una inflexión en un proceso largo que ya se ha iniciado. "Hay un trabajo hecho, que se debe consolidar", señala Mayoral, y esto se puede conseguir "buscando algún elemento de planificación supramunicipal, reflexionando sobre la manera de articular desde un punto de vista administrativo las ideas que han surgido, y siendo capaces de dar nuevos pasos".
La Diputación está dispuesta a colaborar y la UPC se compromete a seguir al lado de las iniciativas locales. Unos y otros aseguran que "actuarán en la medida que el territorio lo solicite: fruto de la reflexión científica, fruto de la experiencia política y, sobre todo, fruto de lo que la gente que ama su territorio y lo quiere promocionar pide". Se trata de aprovechar la energía propia para reactivar el territorio, y de usar una herramienta de coordinación con los parques patrimoniales o culturales que tienen tradición en Europa y, sobre todo, en Estados Unidos, según el profesor de la UPC Joaquim Sabater.
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