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España admite un recorte del 9% en sus cuotas pesqueras y aplaza la decisión sobre la anchoa

Los ministros de Pesca de la Unión Europea rechazaron ayer los drásticos recortes para la pesca en aguas comunitarias que proponía la Comisión Europea, pero aceptaron reducciones sustanciales en numerosas especies. La anchoa quedó en cuarentena. La reducción global en el sector pesquero español es del 9,1%, la más alta de los últimos años. España aceptó un recorte del 23% en su cuota en el Golfo de Cádiz y dejar en 14.400 toneladas la del Cantábrico, lo que limita a la mitad la cuota de 1999, cifra que puede corregirse al alza en el segundo semestre del 2000 si los científicos lo permiten.

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Algunas de las especies de alto valor añadido en cuya cuota el Gobierno español aceptó fuertes recortes fueron el bacalao (19%), el rape y la merluza (18%) y la cigala (13%).Como en unas elecciones municipales, los acuerdos de los ministros de Pesca se pueden analizar desde mil ópticas distintas y todos cantarán victoria. Todos salvo Francia, que acabó votando en contra de la propuesta final.

Pero por una vez, el gran triunfador de la noche parece ser el comisario de Agricultura y Pesca, el austriaco Franz Fischler, un hombre que sigue siendo visto en España como el enemigo público número uno, pero que ha demostrado que puede también enfrentarse a Francia (enemiga como España de las cautelas en torno a la anchoa) o al Reino Unido (gran perjudicado por los problemas del bacalao en el mar de Irlanda).

"Los factores socioeconómicos, que juegan un papel importante, han sido tenidos en cuenta, pero también hemos puesto en la balanza los problemas de medio ambiente. La cuestión es encontrar el equilibrio adecuado con lo que los científicos nos presentan como medidas necesarias para preservar las existencias de pescado para el futuro", afirmó el comisario Fischler.

Sean cuales sean los análisis sectoriales que se hagan, lo cierto es que aunque los Quince no han seguido a la Comisión en el conjunto de su propuesta, sí han acabado aceptando recortes de la pesca en aguas de la UE que en algunos casos son espectaculares.

Impacto en las especies

El ministro español, Jesús Posada, cantó victoria porque había evitado las pérdidas del 85% en la anchoa del Cantábrico o de en torno al 40% en importantes pesquerías del rape o la merluza. Al final, el 18% de recorte global con que la Comisión amenazaba a la pesca española se quedó en el 9,1%, pero esta cifra significa el recorte más importante de los últimos años. Hace dos años, la Comisión amenazó con un recorte del 23% que se quedó en nada, y el año pasado apenas se redujeron las cuotas.

El problema de la anchoa ha quedado para más adelante. España aceptó reducir de 6.220 toneladas a 4.790 su cuota de anchoa del golfo de Cádiz y de 29.700 a 14.400 toneladas la cuota de anchoa del Cantábrico para el primer semestre del año, pero con la condición de que en esta última pesquería podrá aumentarse la cuota en el segundo semestre en función de los informes que realicen los científicos.

El problema que afrontará España cuando tenga que tomarse esa decisión es que ya no gozará del margen de maniobra que otorga a cada Estado la negociación de un paquete global de TAC (total admisible de capturas). Un informe científico muy negativo sobre el futuro a corto plazo de la anchoa hará muy difícil que los ministros acepten aumentar de forma significativa la pesca de esa especie, que según los científicos puede ver en peligro su supervivencia si los problemas de reproducción se repiten dos años seguidos.

Pero la polémica sobre la anchoa puede acabar ocultando el plácet del Gobierno español a recortes muy importantes en las cuotas de otras pesquerías. Por ejemplo, la pesca total de merluza se ha visto reducida en un 18%, el mismo porcentaje que la de gallo y la de rape. La pesca de bacalao se recorta en un 19%. La gallineta, en un 20%. Y la cigala, una especie de alto valor añadido, en un 13%. Estos recortes apenas se compensan con el aumento de la cuota en atún rojo (un 15%) y caballa (un 12%).

Plan responsable

Un problema semejante al de la anchoa del Cantábrico lo vive el bacalao del mar de Irlanda. La Comisión proponía aquí un recorte del 67%, que los ministros dejaron en un muy cercano 62%. El ministro británico de Pesca, Elliot Morley, se felicitó por el acuerdo al final del consejo. "A corto plazo no hay dudas de que el sector pesquero va a sufrir por la pérdida de cuotas, pero a medio y largo plazo creo que hemos puesto en marcha un plan que es mucho más responsable", declaró.

Morley afirmó que los ministros se habían comprometido a instaurar un plan de reconstitución de las existencias en el mar de Irlanda.

Francia fue el único país que emitió un voto global negativo sobre el acuerdo. Su ministro, Jean Glavany, abandonó el Consejo con aspavientos tras una dura y apasionada intervención final.

El ministro español, en cambio, se mostró muy satisfecho y ayer manifestaba en Madrid que la reducción global de las capturas pesqueras es "muy pequeña". En relación a la anchoa explicó que en los próximos meses la Comisión Europea, en colaboración con Francia y España, realizará un estudio a fondo, en función del cual se asignarán los TAC para el segundo semestre del año 2000. Jesús Posada mostró su apoyo a esa iniciativa, y añadió: "Somos conservacionistas y queremos pescar de acuerdo con los stocks, pero después de estar seguros de cuántos hay en realidad".

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