Sordi: "Yo también podía haber ganado un Oscar"

Lo suyo no es la modestia, sólo muestra cierta humildad cuando habla del público. Alberto Sordi (Roma, 1920), el cómico italiano por excelencia, no tuvo ayer ningún empacho al afirmar: "Yo también podía haber ganado un Oscar, pero en Italia nunca me presentaron", cuando se le pregunta por el triunfo de Roberto Benigni en Hollywood con La vida es bella.Sordi asistió al homenaje que le tributa el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. No era su primera visita al certamen. En 1963 estuvo en Donostia para presenciar la proyección de Mafioso, la película de Alberto Lattuada que logró la Concha de Oro, máximo galardón del festival. Ayer asistió al pase de Incontri proibiti, que logró los favores del público donostiarra.

Suponía una nueva prueba de fuego para él a tenor de la confesión que realizó minutos antes: "El público es el juez supremo, si te abandona es el fin de tu carrera". Quizá por eso, porque siente que la audiencia no perdona, se ha pasado casi medio siglo interpretando a personajes que retratan a gente común, construyendo la crónica de un país desde la ironía. A Sordi le expulsaron de la academia por no ser "un actor clásico".

El genio surgió de la calle. Se dio a conocer de joven, cuando ganó el concurso organizado por la MGM para doblar a Oliver Hardy. Desde entonces ha protagonizado más de 120 películas, que le han situado en la cima de la comedia italiana. Tiene una fórmula mágica. Su secreto está en lograr que "el público se reconozca en los personajes. De esta forma, sonreirá. Las historias nacen con un personaje y ellos de la vida".

Jóvenes realizadores

El cómico italiano cree que el cine actual de su país no puede deslindarse del estilo que marcaron figuras como Fellini, Gassman o Mastroianni. "A los cineastas de hoy", dijo, "les hemos dado la posibilidad de seguir por el camino que emprendimos nosotros".

Sordi se sabe pionero y maestro de las nuevas hornadas de directores italianos. "Los jóvenes realizadores", dijo, "tratan de mantener lo que nosotros hicimos, pero ya no encuentran la realidad política y social de aquella época. Entonces no teníamos nada y todo lo que se hacía era una conquista. Hoy lo tienen todo, pero faltan protagonistas como los de entonces".