Armendáriz recoge el Premio Nacional

El realizador navarro Montxo Armendáriz, poco dado a mostrar sus emociones en público, descubrió ayer en San Sebastián la vertiente más humana que ha proyectado en su filmografía. El director recogió el Premio Nacional de Cinematografía por su "estilo honesto y personal" y por la "coherencia de su trayectoria". El ministro de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, presidió un acto en el que Armendáriz ratificó su compromiso por un cine "que contribuya a un mejor entendimiento entre las personas y los pueblos".

La concesión del premio no le pillaba de sorpresa, pero asistir a la ovación cerrada del público en el marco de un certamen que le descubrió de joven su pasión por el cine, le desmoronó por dentro. Armendariz recorrió las entrañas de su trayectoria profesional; sus escapadas en motocicleta desde su Olleta natal para colarse en el pase de una cinta del certamen donostiarra o quizá conformarse con ver su cartel. "Películas como El cartero, de Chabrol", dijo ayer, "fueron para mí mucho más que un filme, fueron el inicio de la misma ilusión que hoy me ha traído hasta aquí". Entonces no hubiese soñado con que su vinculación con el Festival de Cine de San Sebastián se prolongaría en el tiempo. En 1984, presentó en el certamen Tasio, su primer largometraje, y dos años más tarde logró la Concha de Plata por 27 horas. La Concha de Oro le llegó con Las cartas de Alou en 1990.

Cumbre profesional

Armendáriz vivió su cumbre profesional en 1997 cuando Secretos del corazón recibió el premio El Ángel Azul a la mejor película europea del Festival de Berlín que otorga la Academia Europea de Cine y Televisión y quedó finalista en 1998 en los Oscars en el apartado de mejor película de habla no inglesa.