Un análisis para reducir los casos de retinitis en seropositivos
El riesgo que padecen los infectados por el VIH con defensas muy bajas (por debajo de 100 linfocitos CD4 por milímetro cúbico de sangre) de desarrollar retinitis por citomegalovirus, una enfermedad que puede desembocar en la ceguera, es aún alto, aunque los cócteles de fármacos lo han reducido de manera considerable. Si antes de los tratamientos antirretrovirales el 13% de este colectivo desarrollaba la enfermedad, ahora se han reducido al 6%, explica el jefe de la unidad de infecciosos del Hospital de Aránzazu, en San Sebastián, Julio Arrizabalaga. Arrizabalaga ha coordinado un equipo integrado por médicos de diez hospitales españoles que ha comprobado que un sencillo análisis de sangre permitirá detectar quiénes tienen mayor riesgo de padecer retinitis y, por tanto, se les podrá poner un tratamiento antiviral para impedir que el virus se expanda y les provoque problemas en la vista. Los resultados de este estudio fueron presentados en la cuarta conferencia de retrovirus e infecciones oportunistas, celebrado en Chicago (EEUU) a principios de febrero. A los 172 pacientes seropositivos de los diez centros sanitarios que participaron en la investigación se les hizo un análisis de sangre para medir la presencia del citomegalovirus que causa la retinitis. Arrizabalaga precisa que todo el mundo es portador de este virus, pero sólo entra en acción en algunos casos.
La investigación ha confirmado que el 38% de los que dieron positivo en el análisis desarrollaron retinitis en menos de un año.Entre los que dieron negativo, en cambio, el riesgo se reduce al 2%, indica Arrizabalaga.
Terapia preventiva
Para estos pacientes de mayor riesgo, "se recomienda un terapia preventiva durante un corto periodo de tiempo, teniendo en cuenta la influencia de la terapia antirretroviral en la desaparición del citomegalovirus", concluye la investigación. El especialista recalca que la retinitis por citomegalovirus es transitoria. Junto al Hospital de Aránzazu, participaron Cruces (Bilbao), Germán Trias i Pujol (Badalona, Miguel Servet (Zaragoza), el Provincial de la Rioja, Ramón y Cajal (Madrid), Reina Sofía (Tudela), San Millán (Logroño), el Hospital de Teruel y Txagorritxu (Vitoria). Los pacientes se fueron incorporando al estudio entre febrero de 1996 hasta abril de 1997 y su seguimiento continuó hasta septiembre de 1998.
El tratamiento preventivo centrará la segunda parte del estudio. El coordinador de la investigación avanza que un tratamiento de unos dos meses a base de un antiviral en pastillas bastará para evitar que se produzca la retinitis. Y permitirá que los seropositivos con las defensas muy bajas puedan preservar la vista en buenas condiciones.
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