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García de la Concha alerta sobre el uso de anglicismos y el empobrecimiento del lenguaje

El director de la RAE abre en El Escorial los cursos de verano de la Universidad Complutense

Tzu-lu preguntó a Confucio: "Maestro, si el duque de Wei te llamara para gobernar su reino, ¿cuál sería la medida que tomarías?". Y Confucio le respondió: "Cambiar el lenguaje del pueblo". Esta cita del libro XIII de los Anales es un apunte de la docena que utilizó ayer Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española, para elogiar el román paladino en la inauguración de los cursos de verano de la Universidad Complutense en San Lorenzo de El Escorial. García de la Concha alertó, además, sobre el excesivo uso de anglicismos.

El director de la Real Academia recordó que la historia de Europa, y también la de España, en el siglo XX indica bastante todo lo que se puede hacer bien y mal en este sentido. Lo explicó con varios ejemplos. "Hace un siglo, cuando los hombres del 98 estaban preocupados por el problema de España, ¿qué hicieron? Preocuparse por el lenguaje. ¿Qué hizo Ortega en el programa de renovación? Convocar a lo que él llamaba la aristocracia en la plazuela. ¿En qué consistió la gran renovación de la poesía de los años veinte? En leer la tradición como vanguardia; en definitiva, una renovación lingüística". Pero, a pesar de su defensa del román paladino, el lingüista recordó que no todo es popular en la literatura española, que también "ha sufrido la tentación del preciosismo". Sin embargo, al hablar de la actualidad, García de la Concha destacó con exaltación: "La jerigonza, hoy, se viste de anglicismo". Dijo el director de la Real Academia que al hacer esta afirmación no hay que ignorar que el inglés, desde el siglo XVI, ha venido conquistando el estatuto de lengua franca para la técnica, para la ciencia, para la industria, para el comercio, y afirmó que deben ser bienvenidas aquellas palabras que no existen en español o que puedan ser adaptadas, si la fonética lo permite.

Sin embargo, García de la Concha resaltó: "De ello a esa actitud de tantos ejecutivos actuales que son incapaces de hilvanar una frase sin empedrarla de anglicismos por todas partes va un trecho enorme", el trecho que va de ser "lo que Cervantes decía que tenía que ser un discreto hablante, a un snob, que es un acrónimo formado por la abreviatura de sine nob; sine nobilitate: sin nobleza". Las dos injurias que padece hoy el español, según el lingüista, son: "Por arriba, ese aluvión de anglicismos innecesarios, y, por abajo, el empobrecimiento del habla del pueblo, de las clases juveniles y de tantas capas de la sociedad".

El director de la Real Academia insistió en que el español nace como lengua viva del pueblo y que ese carácter va a conservarlo a lo largo de toda la literatura. "Sirve para que puedan entenderse las gentes que van poblando las villas. Este carácter útil lo conserva el castellano hecho español a lo largo de toda la literatura, en el Libro del Buen Amor o en La Celestina".

Mencionó también el caso de Teresa de Jesús: "Es más claro todavía, porque logra hablar con toda la cultura europea a base de hablar en román paladino. Ella dice que no sabe lo que es el alma, o la mente, o el espíritu; "lo que quiero decir es que siento el alma", y empieza a explicarse en román paladino".

Lo que hace que una colectividad deje de ser tal y se convierta en pueblo, concluyó García de la Concha, es precisamente esa lengua común; por eso Confucio atinaba muy bien cuando decía: "Si me llaman a gobernar, lo primero que haré será cambiar la lengua del pueblo, cambiarla en el sentido de enriquecerla".

Además de las actividades de la Universidad Complutense en El Escorial, también ayer comenzaron los cursos de verano en Soria, Salamanca y A Coruña.

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