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Los prehistóricos de Atapuerca eran mucho más corpulentos que los humanos actuales

Una cadera fósil de hace 300.000 años revela que las hembras tenían un parto fácil

El yacimiento paleontológico de Atapuerca (Burgos) establece hoy un nuevo hito en el conocimiento de la evolución humana gracias a un fósil excepcional que revela no sólo cómo eran físicamente los hombres prehistóricos europeos, sino también rasgos de su forma de vida. Es una pelvis, la cadera más completa del registro fósil mundial, de un hombre preneandertal de hace 300.000 años, hallada en la Sima de los Huesos (Atapuerca). Esta pelvis indica que aquellos remotos humanos eran individuos de formidable corpulencia, superior incluso a un boxeador de peso pesados.

"Los cinco individuos masculinos adultos que tenemos de la Sima de los Huesos -incluido el de esta pelvis-, con sus cien kilos o más de peso, con lanzas como las que se han encontrado en Alemania de ese período, y con sus herramientas de piedra... francamente, los leones se apartarían. Quiero decir que eran competidores muy serios frente a otras especies y no unos seres desvalidos como normalmente los han descrito los especialistas", dice Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca y líder de la investigación de la Sima de los Huesos.La pelvis, apodada Elvis, "como es lógico", bromea Arsuaga, fue hallada en 1994, pero los científicos la han estudiado a fondo antes de darla a conocer hoy en la revista Nature.

Sólo hay otras tres caderas en el registro fósil mundial de la evolución humana, y ésta "es sin duda la más completa", afirman los investigadores. Lo primero que llama la atención de esta pieza es su gran tamaño: "No hay pelvis tan grandes, ni de vivos ni de muertos, como las de los hombres de la Sima", dice Arsuaga. De su tamaño se desprende la corpulencia, porque la cadera forma parte del tronco y condiciona su anchura. Junto a la nueva pieza se desenterraron dos fémures del mismo individuo, que se ha podido identificar como un macho (por la robustez del hueso) adulto, de 35 años como mínimo, que medía en torno a 1,77 metros y cuya masa corporal alcanzaba los cien kilos, o más si se tiene en cuenta la grasa de reserva.

Deportistas de élite

El equipo de Atapuerca, para establecer comparaciones y sacar conclusiones, ha estudiado muchas pelvis, incluidas las de deportistas de élite como lanzadores de martillo o boxeadores. Y la conclusión es sorprendente: un boxeador de 1,77 metros de altura tiene una masa corporal de unos 70 kilos, lo que supone un 30% menos que el hombre de la Sima de los Huesos. Elvis no era un ejemplar excepcional, puesto que la rica colección de fósiles del yacimiento (unas 2.500 piezas óseas pertenecientes, al menos, a 33 individuos de ambos sexos y de todas las edades) indica que era un individuo masculino normal.

El estudio de las caderas en el contexto del registro fósil mundial ha permitido a los investigadores de Atapuerca dar la vuelta a un concepto arraigado en la paleontología, según el cual los neandertales fueron una adaptación evolutiva extrema, ensanchándose su pelvis y tronco, respecto a la norma de los hombres primitivos, que serían mucho menos corpulentos. "No es así", dice Arsuaga. "Los que nos especializamos somos nosotros, el hombre moderno, que evolutivamente pierde una tercera parte de su capacidad física, de su fortaleza, respecto a los humanos hasta entonces y, sin embargo, encuentra la forma de sobrevivir".

Los neandertales se extinguieron hace algo menos de 30.000 años, mientras que el hombre moderno sobrevive hasta ahora. "Nosotros apostamos por la fortaleza del grupo, mientra que los neandertales apostaron por la fortaleza del individuo, y ese pulso se mantuvo miles de años muy igualado", continúa el científico. Hay que tener en cuenta que la desventaja de ser más débil físicamente conlleva la ventaja de ser más económico desde el punto de vista metabólico, porque el organismo consume menos. Nuestros antepasados directos invirtieron más energía en el cerebro que en los músculos, en comparación con los neandertales.

Niños espabilados

Pese a que siempre se ha considerado el cráneo como fuente privilegiada de información sobre los seres del pasado, Elvis demuestra que la cadera no es menos importante. Por ejemplo, en esta pelvis, aún siendo masculina, el canal del parto es tan ancho que permitiría el paso de un feto, algo imposible en nuestra especie dado el reducido tamaño de la cadera de los machos. Esto significa, señalan los investigadores en Nature, que el parto en la población de la Sima de los Huesos era más holgado que en la humanidad actual, que sufre un conflicto entre el gran tamaño del cráneo de las crías y el canal de la pelvis por el que nacen. El compromiso resultante en las mujeres es que los niños nacen poco desarrollados y necesitan una prolongada crianza.

"Los niños de la Sima nacerían más fácilmente y algo más espabilados que los nuestros", cree Arsuaga. La capacidad craneal de estos hombres de Atapuerca era de 1.250 centímetros cúbicos, frente a los 1.350 del hombre actual.

"Hombre todoterreno" y "hombre utilitario"

"El neandertal es como un vehículo todoterreno; el hombre moderno -nosotros- es como un utilitario". Juan Luis Arsuaga hace esta comparación para describir la diferencia en cuanto a fortaleza y corpulencia de estas dos especies humanas que convivieron en Europa durante mucho tiempo. Hace algo menos de 30.000 años se extinguieron los neandertales y nosotros quedamos como única especie humana. Pero los hombres de la Sima de los Huesos son preneardentales de hace unos 300.000 años, y seguramente eran algo más corpulentos incluso que sus descendientes neandertales. Y su cerebro, ligeramente más pequeño."Serían nómadas, vivirían de la caza -tenían en el territorio muchos herbívoros, como gamos, ciervos, bisontes o toros-, del carroñeo -que era un aporte alimenticio nada despreciable- y de la recolección de frutas, cuando las había", cuenta Arsuaga. No hay que olvidar, señalan los expertos, que la estacionalidad de Europa supone que sólo haya comida vegetal suficiente en otoño, razón por la cual, por ejemplo, no hay aquí otros primates, porque los monos se alimentan de frutas todo el año.

En cuanto a su forma de vida social, estos hombres primitivos vivirían en grupos familiares amplios de unos 40 o 50 individuos, que formarían a su vez parte de grupos mas grandes. Y podían llegar a viejos, superando los 50 años, como prueba un ejemplar de la Sima de los Huesos.

El clima de la península Ibérica, hace 300.000 años, era similar al actual, con la sierra de Atapuerca en la frontera entre el ecosistema mediterráneo y el atlántico.

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