El Gobierno chino respalda las protestas
Al menos 200.000 jóvenes se manifiestan en diversas ciudades del país contra Estados Unidos y la OTAN
China está jugando sus cartas de víctima tras el ataque a su Embajada en Belgrado por parte de los aliados. Las autoridades alentaron ayer violentas manifestaciones en todo el país frente a las embajadas de Estados Unidos y el Reino Unido. La prensa y el Ejecutivo agradecieron a los 200.000 manifestantes, en su mayoría jóvenes, las muestras "de apoyo a la política oficial de proteger la soberanía". Muestras expresadas con piedras, cócteles mólotov, golpes a periodistas occidentales y quema de banderas. El sentimiento antiestadounidense y anti-OTAN fue evidente. Lo que sigue siendo una incógnita es qué papel va a desempeñar ahora China en la crisis de Kosovo: el plan de paz del G-8 puede naufragar si Pekín lo veta en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Las calles de Pekín se llenaron ayer de estudiantes pertrechados con piedras y pancartas. Nada que ver con lo ocurrido hace casi diez años (el 4 de junio de 1989), cuando los universitarios pagaron con su sangre las ansias de democratización en China en la plaza de Tiananmen. Ayer, los miles de jóvenes que se apelotonaron en la céntrica calle de Jianguomenwai querían venganza por el ataque, que ellos interpretan como una agresión directa a la soberanía china. Las protestas se concentraron frente a la Embajada de EEUU.Las autoridades de Pekín dejaron que los ánimos se caldearan lo suficiente. Los medios oficiales no difundieron la versión de la OTAN en la que los aliados reconocían su "error" y lamentaban la muerte de cuatro personas en la embajada alcanzada por tres misiles el sábado. Sólo a media tarde, en un mensaje televisado, el vicepresidente chino, Hu Jintao, se dirigió a los manifestantes. Tras agradecer las muestras de "patriotismo", pidió que las manifestaciones no fuera demasiado lejos. "Debemos evitar el comportamiento extremo y mantenernos vigilantes ante quienes aprovechar la ocasión para alterar el orden social", dijo el vicepresidente.
Hu volvió a exigir a los aliados "que se responsabilicen" del ataque, olvidando los mensajes de disculpa enviados a Pekín por la OTAN y por la Casa Blanca, y dijo que China se reserva medidas de respuesta en caso de no recibir explicaciones convincentes. La intervención del vicepresidente chino no despejó las dudas sobre el alcance de esta crisis y sobre la posición que adoptará Pekín en el seno del Consejo de Seguridad, pieza clave para la aplicación del plan del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) y donde China tiene capacidad de veto.
De momento, los aliados seguirán tratando de convencer a China de las bondades del nuevo plan de paz. El Gobierno alemán confirmó ayer que el canciller Gerhard Schröder viajará mañana a Pekín, como tenía previsto, en una visita oficial de cinco días
"OTAN, nazi"
En todo caso, el Gobierno chino ha logrado lo inverosímil a menos de un mes del aniversario de la matanza de Tiananmen: el apoyo de los estudiantes, aglutinados bajo lemas nacionalistas y unidos por el sentimiento de odio a EEUU y a Occidente. "Estados Unidos, asesino", "OTAN, nazi" o "Abajo el imperialismo estadounidense" fueron algunos de los lemas coreados por los manifestantes, que en algunos momentos desbordaron a la policía china. Un grupo de jóvenes logró incluso penetrar brevemente en el recinto diplomático con la intención de coger la bandera del mástil, sin llegar a lograrlo. Las pancartas escritas en chino pedían responder "con sangre a la sangre" o utilizar el antiguo "ojo por ojo". En otras, la imagen de Clinton caracterizado como un nuevo Hitler o incluso nostalgias de tiempos pasados: la imagen de Mao Zedong, el fundador de la República Popular China. Ante la imposibilidad de tomar los edificios diplomáticos, los universitarios arremetieron contra la prensa extranjera, especialmente con los corresponsales estadounidenses, llegando a agredir a una periodista de la cadena CNN al grito de "¡Hay que matarla!". Ayer, el Centro de Información de Derechos Humanos y Movimiento Democrático en China, uno de los principales movimientos disidentes del régimen, acusó a los dirigentes chinos de "manipular" las manifestaciones y de "organizarlas desde los comités comunistas de las universidades". Según este organismo, la policía estaría "dejando hacer".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.