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OFENSIVA ALIADA CONTRA SERBIA

Clinton proclama su orgullo por el rescate del piloto del F-117 abatido en Yugoslavia

Bill Clinton vivió en la madrugada de ayer seis horas de estupor y angustia y un momento final que calificó de "tremendo orgullo". Estupor por la primera pérdida en combate de un F-117, la joya de la aviación estadounidense, y angustia por la posibilidad de que su piloto fuera capturado por las fuerzas de Milosevic. Orgullo por la acción de los comandos de rescate que lograron sacar al piloto del corazón de Yugoslavia y devolverle a la base italiana de Aviano. Para Estados Unidos, que lidera la campaña aérea de la OTAN, el incidente fue la primera demostración de que esta guerra no es un espectáculo televisivo.

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William Cohen, secretario de Defensa de EEUU, declaró ayer que el derribo del F-117, que Belgrado atribuye a uno de sus misiles y Washington cree que también pudo ser causado por un fallo mecánico, "no reducirá la determinación de la OTAN" frente al presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic. Henry Shelton, jefe del Estado Mayor de EEUU, añadió que el primer fracaso en combate de un avión que cuesta 45 millones de dólares (unos 6.750 millones de pesetas) por unidad prueba que "los cielos de Yugoslavia son muy peligrosos".Durante seis horas, las que mediaron entre el derribo del F-117 en las cercanías de Budjenovci, a unos cincuenta kilómetros al noroeste de Belgrado, y la llegada de su piloto a Aviano, Washington guardó silencio sobre el incidente mientras la televisión serbia exhibía inequívocas imágenes de los restos en llamas del aparato. En las más de 1.300 acciones de combate de estos halcones nocturnos, la mayoría contra Irak, jamás había ocurrido algo semejante. Se suponía que el F-117 no sólo era casi invisible para el radar, sino también invencible. En esas horas, entre las nueve de la noche del sábado y las tres de la madrugada de ayer, hora peninsular española, Clinton veló en la Casa Blanca con el temor de que el piloto del F-117 terminara siendo apresado por los yugoslavos, que lanzaron una operación inmediata de busca y captura. Fue el primer susto de Clinton en los cuatro ataques aéreos que ha ordenado en los últimos ocho meses: Sudán y Afganistán, en agosto; Irak, en diciembre, y ahora, Yugoslavia.

Política del Tomahawk

El presidente que hizo todo lo posible para librarse de Vietnam parece haberse convertido en un adicto de la política del Tomahawk y del F-117, una versión de alta tecnología de la decimonónica política de la cañonera. Pero esta vez los peligros son mayores: el Congreso es reticente a la intervención, la opinión pública de EEUU está dividida y el Ejército yugoslavo no es la ruina en que se ha convertido el iraquí. Y todos ellos se conjuraron en la madrugada de ayer."Nuestro piloto ha sido rescatado con éxito", pudo declarar finalmente Clinton. "Estoy profundamente orgulloso de la sabiduría y valentía del piloto y de los bravos individuos que participaron en su salvamento". Lo peor había pasado para un presidente para el que la Operación Fuerza Aliada ha supuesto su primera pérdida de popularidad en 15 meses, incluidos los del caso Lewinsky. Según una encuesta de Newsweek, la aprobación de Clinton es ahora del 57%, seis puntos menos que antes del comienzo del ataque.

Pero el rescate del piloto del F-117, cuyo nombre no fue facilitado y del que sólo se sabe que tiene veintitantos años de edad, fue un éxito. Al perder el control del avión, el piloto lanzó una llamada de socorro a la base de Aviano (Italia), desde donde operan los F-117. Luego activó una cápsula de salvamento que cuesta casi tres millones de dólares y que contiene armas, agua, alimentos y equipo de supervivencia, caña de pescar incluida.

Un paracaídas llevó la cápsula a tierra, donde el piloto activó un instrumento electrónico que transmitió su posición exacta a un avión de comunicación AWACS. "El rescate del piloto se convirtió entonces en la principal prioridad de las fuerzas de la OTAN", informó Ken Bacon, portavoz del Pentágono. A través del AWACS, el piloto dirigió una operación en la que decenas de aviones hostigaron a las unidades yugoslavas que intentaban apresarle. El AWACS lanzó también falsas señales electrónicas para engañar a los yugoslavos. Entretanto, varios helicópteros con comandos de los llamados "equipos de búsqueda y rescate" habían salido de un lugar próximo al teatro de operaciones que el Pentágono se negó ayer a precisar. Volando muy bajo y con el mayor silencio en el interior de Yugoslavia, los comandos dieron con su compatriota y se lo llevaron de regreso a Aviano. El Pentágono tampoco informó si tuvieron que enfrentarse a los yugoslavos.

El de ayer no fue el primer éxito de estas unidades en los Balcanes. En 1995, un comando de marines transportado en helicóptero rescató a Scott O"Grady, el piloto de un F-16 abatido en Bosnia.

La primera derrota de un avión 'invisible'

Cuando en los primeros ochenta la Fuerza Aérea de Estados Unidos comenzó en el mayor secreto los ensayos del F-177A Stealh Nightawk en los desiertos de Nuevo México, cientos de personas informaron a las autoridades y la prensa de la existencia de "marcianos" en la zona. Este halcón nocturno de forma extraña parece, en efecto, una nave extraterrestre.Creado por Lochkeed-Martin, el F-117 fue presentado en público en noviembre de 1988 como el primer aparato aéreo de EE UU y del mundo que, gracias a su diseño y la secreta aleación de sus metales, es prácticamente invisible al radar. El F-117 hizo un discreto debut en la invasión norteamericana de Panamá y un muy publicitado bautismo masivo de fuego en la guerra contra Irak. En 1991, unos 40 de los casi 60 F-117 de la Fuerza Aérea de EE UU realizaron un total de 1.270 misiones de combate contra los iraquíes. No sufrieron el menor rasguño y así nació el mito que los consideraba invencibles.

Cada F-117 cuesta 45 millones de dólares (6.750 millones de pesetas). Es una cifra enorme, pero muy lejana de los 2.000 millones de dólares de su nuevo hermano invisible: el bombardero pesado B-2 Spirit, que la semana pasada debutó en la Operación Fuerza Aliada. El F-117 es subsónico, está dirigido por un solo piloto, tiene una autonomía de mil kilómetros y arroja dos bombas guiadas por láser de 2.000 libras cada una.

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