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OFENSIVA ALIADA CONTRA SERBIA

La oposición cree que los bombardeos fortalecen a Milosevic y éste dice que el país sigue funcionando

El régimen de Belgrado, con sus medios oficiales de prensa, pero también la casi totalidad de un país que se siente agredido por la OTAN, celebró ayer como un gran éxito el derribo la noche anterior de un avión norteamericano F-117, mientras en la capital yugoslava se sucedían una y otra vez las alarmas que advierten de la inminencia de los bombardeos. Al mismo tiempo, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, aseguraba que "la vida económica del país es la de siempre". A las 21.40 se iniciaba la fase 2 de las operaciones aliadas con un nuevo ataque, por quinta noche consecutiva.

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El derribo de un avión de la OTAN ha supuesto sin duda una inyección de moral para el régimen de Belgrado. En realidad, casi no lo necesitaba. Los bombardeos de la OTAN le fortalecen, al menos por ahora. Un periodista opositor a Milosevic comentaba a este diario que "este tipo destruyó mi país" y, con gesto cínico, resumía resignado el momento actual: "Cada día de bombardeo aumenta un 10 % el poder de Milosevic".Esta madrugada, los medios oficiales yugoslavos anunciaban que se había derribado un nuevo avión y que otro aparato había sido alcanzado por las defensas antiaéreas sobre Pristina, la capital de Kosovo. Pero a diferencia del día anterior, al cierre de esta edición no había imágenes que lo probaran. Lo que si confirmaban residentes en esa ciudad eran al menos 16 explosiones de gran intensidad en el centro urbano. Según algunos habitantes, los bombardeos habrían alcanzado el cuartel de Ajvalija, barrio del sur de Pristina, y las instalaciones militares de Veternik, a un kilómetroy medio del centro.

7,5 billones de daños

Con anterioridad, dos misiles de crucero lanzados sobre el aeropuerto militar de Golubovci, cerca de Podgorica, la capital de Montenegro, destruyeron en tierra un Mig-21 del Ejército yugoslavo. La edición de hoy del diario pro gubernamental Politika asegura que los ataques de la OTAN ya han causado daños por valor de 50.000 millones de dólares (7,5 billones de pesetas).Durante todo el día de ayer las cadenas de televisión de Serbia mostraron una y otra vez los restos del avión derribado el sábado y acompañaban las imágenes con textos dignos de entrar en la antología del mejor periodismo informativo. En el telediario de las cinco de la tarde de ayer en la primera cadena oficial (RTS) una locutora leyó esta noticia: "Tony Blair, un pobre infeliz clonado de ese criminal de Washington y sus generales sedientos de sangre y esa basura americana de Solana siguen ocultando las pérdidas de aviones a su opinión pública y al mundo. Ayer, nuestra defensa antiaérea derribó algunos aviones. Por ejemplo, este F-117 llamado halcón nocturno. Aquí pueden ver cómo es ese último grito de la tecnología".

Conscientes de la baza que tenían entre manos, los hombres de prensa del Estado Mayor organizaron, al fin, una primera excursión para los periodistas, inmovilizados en Belgrado por la falta de gasolina, para poder contemplar los restos del F-117. No dieron explicaciones, pero los periodistas pudieron incluso voltear el trozo de ala y llevarse trocitos del avión de recuerdo. Se apreciaban impactos en la parte que yacía sombre la tierra en las cercanías del pueblo de Budjanovci, unos 50 kilómetros al oeste de Belgrado, junto a la autopista que lleva a Croacia.

Ante las cámaras de televisión, un campesino explicaba lo ocurrido: "Se vio como una bola de luz y después de 30 segundos se oyó una detonación. Después ya se veían caer partes del avión. La gente creía que era el ruido de una granada, pero yo vivía en Croacia y sé cómo suena una granada. Les dije que no, que debía ser otra cosa. Cuando cayó, no se oyó casi nada. No hubo explosión, pero por el resplandor nos pareció que había caído mucho más cerca. En 20 minutos llegamos y sólo encontramos los restos del avión". El Estado Mayor dijo que pudieron retirar los elementos técnicos del avión antes de que se incendiara.

En el parque que rodea la fortaleza de Kalemegdan, que desde la ciudad vieja domina la confluencia de las aguas del Sava y el Danubio, un grupo de jubilados comentaba el derribo del avión. Uno se jactaba de la buena puntería, que era una virtud tradicional de los serbios. Otro le respondía: "Y a mí que me importa eso, si no me pagan la jubilación".

El presidente Milosevic apareció de nuevo en la televisión rodeado de lo más florido de la cúpula del régimen. Por esa vía indirecta, una noticia leída en el telediario, sin sonido original con la voz de Milosevic, se emitió la apreciación del hombre fuerte sobre la situación: "La vida económica del país es la de siempre y permite el cumplimiento de sus deberes a los ciudadanos y defender la patria. La siembra de primavera se desarrolla según los planes previstos". Milosevic se muestra convencido de que "una relación firme une a nuestros ciudadanos con las Fuerzas Armadas junto con la decisión de perdurar en la lucha justa contra el agresor".

'Rock and roll' contra la guerra

Miles de personas asistieron ayer en el centro de Belgrado, en plena alarma aérea, a un concierto de rock contra la guerra que sirvió de catarsis colectiva en el quinto día de bombardeos. El concierto, bajo el lema de "La música nos ha mantenido en pie", expresa de manera clara la unidad interior concitada por la actuación de la OTAN.En la misma plaza de la República, donde hace un par de años se manifestó la oposición durante más de cien días contra el fraude en las municipales perpetrado por el régimen, se mezclaban ayer los rockeros de la oposición con los políticos del partido de Milosevic. Ocuparon esa bella plaza para moverse al ritmo de rock y corear consignas contra la OTAN y el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Multitud de jóvenes, pero también de ancianos, se dejaban arrastrar por la música. Muchos de los asistentes portaban sobre el pecho una escarapela de círculos concéntricos con la palabra target (blanco). Unos cuantos osados treparon hasta la cima de la estatua ecuestre del duque Mihailov, gobernador de Serbia en el siglo XIX. Los encaramados iniciaban estribillos como el de "Clinton, nos puedes fumar la polla". Abajo replicaban otros, con coros similares a los empleados en los campos de fútbol: "Hijo de puta. Clinton, hijo de puta".

Abundaban las banderas yugoslavas y alguna que otra de Grecia. Desde el estrado, unos oradores saludaron "a los hermanos de Macedonia, de Grecia y a la gente buena del mundo que nos está ayudando". Luego convocaron a "estar aquí todos los días a las doce. Todos juntos, porque no es hora de divisiones. Todos juntos, los del Partizan y los del Estrella Roja ".

Una pancarta rezaba: "¡OTAN, no asesines a un pueblo inocente!". En otra se podía leer: "Muerte a los extraterrestres".

Uno de los grupos decía: "Quiero cantar un poco más, porque sólo hay una vida y a mí sí me importa esa vida". Al concluir la canción, el vocalista gritó al público: "¡No tengáis miedo de las bombas!". Otra de las canciones proclamaba: "A pesar de todo, siento que no estamos solos. En esta oscuridad uno no ve, pero yo no quiero esperar".

A unos metros, en la zona peatonal, unos jóvenes recogían firmas para presentar una querella contra la OTAN ante el Tribunal de La Haya. A su lado, un hombre vendía botones con frases como "OTAN go home" (OTAN, vete a casa) y "Fuck you USA" (Jódete, Estados Unidos). Los vendía a 10 dinares (unas 150 pesetas al cambio) y llevaba vendidos 350.

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