Nueva propuesta alemana en la negociación de la reforma agrícola

La nueva propuesta de compromiso para la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), presentada ayer por la presidencia alemana y por la Comisión Europea, recoge parcialmente las peticiones más importantes planteadas por la Administración española en herbáceos, vacuno de carne y vino, pero no atiende las demandas en leche de vaca.En cereales, los rendimientos medios por hectárea, base de cálculo para el pago de las ayudas, pasarían de 2.600 kilos a 2.900 kilos. En la parte negativa, Bruselas pretende bajar los rendimientos del maíz en regadío para equipararlos al resto de los cereales y bajar las ayudas al girasol de 94 euros (15.640 pesetas) a solamente 66 por tonelada. La propuesta mantiene rebajar un 20% los precios de intervención de 20 a 16 pesetas kilo y subir solamente las ayudas de 9 a 11 pesetas kilo, y la retirada obligatoria de tierras un 10% hasta el año 2002, para eliminar los abandonos a partir de esa fecha.

Para el vacuno de carne, el plan aumenta de 603.000 hasta 713.999 cabezas el número de animales vacunos machos con derecho a la prima, lo que supone un aumento del 18,4%. Los precios de intervención para el sector bajarían un 25% en lugar del 30% que figuraba en la propuesta inicial de la Comisión. Ese recorte se compensaría con ayudas directas por animal o superficie para la ganadería extensiva.

Impacto en precios

En leche, se plantea aumentar sólo la cuota española en 204.000 toneladas, 16.000 toneladas menos de las que figuraban en la propuesta inicial de la Comisión. Los precios bajarían un 10% en lugar del 15% previsto y la ayuda se pagaría en función de la cuota de cada explotación. En vino se asignan a España 11.570 hectáreas para nuevas plantaciones y se facilita regularizar las plantaciones ilegales.

Esa propuesta en suma, se queda aún lejos de las demandas del sector y de la Administración. La ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, la califica como una buena base para seguir negociando a la vista de las lagunas que se mantienen y cuyos efectos serían muy negativos para el sector. Esta opinión es compartida por las organizaciones agrarias Asaja, UPA y COAG, así como por la Confederación de Cooperativas Agrarias.