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LA CUMBRE FINANCIERA DE BONN

España pugna por conservar la transferencia neta de un billón de pesetas anuales

España persigue mantener al menos el billón neto de pesetas (6.010 millones de euros) que recibe anualmente del presupuesto común. Es decir, como recibe el doble y deberá mantener casi invariada su aportación de un billón, su saldo neto -lo que recibe de Bruselas limpio de polvo y paja- se queda en otro billón de pesetas. Las grandes partidas del gasto (Política Agrícola Común y fondos estructurales) benefician ampliamente a España, por lo que cualquier rebaja en el gasto la perjudicaría. Pero el gran bocado que la alimenta son los fondos, que suponen el 60% de las subvenciones.

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Aunque estos flujos varían cada año -según las cosechas agrícolas o el grado de eficacia gubernamental y autonómico en la absorción de las ayudas estructurales-, el saldo neto de los últimos ejercicios se ha mantenido en torno a la cifra simbólica del billón.Ése es el resultado fundamental de una convergencia política, los esfuerzos de Jacques Delors por dotar de un presupuesto importante a la Europa comunitaria y permitirle encarar nuevos retos, y la batalla del ex presidente Felipe González por completarlos con la dotación de Fondo de Cohesión, en cuyo éxito jugó un papel primordial la complicidad del ex canciller alemán, Helmut Kohl.

Ahora, cuando la austeridad presupuestaria en beneficio del euro es la consigna general, su sucesor, José María Aznar, pretende "no perder ni un sólo euro" de los conseguidos para el futuro, el primer septenio del próximo siglo. Sus aliados son los otros países del Sur, así como la Comisión, algo que es insuficiente para encabezar operaciones de largo alcance, pero a veces basta para impedir las contrarias. Eso no excluye que España puede trenzar pactos con otros países en asuntos concretos.

Subvenciones

Las subvenciones estructurales comunitarias que llegan a España representan el 1,59% de su PIB (media del período 1994-1999), apenas unas décimas menos que el déficit exhibido en el presupuesto el año pasado (1,8%). Aunque absorbe muchos más recursos que los otros países del Sur, la intensidad de los mismos es menor, puesto que Grecia obtiene el 3,18% de su PIB y Portugal, el 3,53%. Se trata de economías más pequeñas y menos desarrolladas.

Pero en todas ellas el nivel de ejecución/absorción es contemplado favorablemente desde Bruselas, contrastando con los de otros países, como Holanda o Dinamarca, en que es muy inferior. Algo que desmiente la presunta ineficacia de los países pobres y relativiza la supuesta perfección de los ricos. Además, la política estructural se ha demostrado útil, porque ha permitido a los "países de la cohesión" (España, Portugal, Grecia e Irlanda), recuperar 10 puntos de la diferencia que les separaba de la renta media comunitaria, colocándose en el 75%.

La gran partida del flujo que va de Bruselas a Madrid son los fondos estructurales (todos, menos el FEOGA-garantía), que representan en torno al 60% del total. Y dentro de los objetivos cubiertos por éstos, el Objetivo 1, dedicado a recuperar las regiones más pobres. España recibe un 28% del total del Objetivo 1 y un 22,5% de todos los Fondos estructurales. El Fondo de Cohesión -en torno a los 200.000 millones de pesetas, según los años- viene a representar cerca de un 16% del conjunto de estructurales (incluido el de cohesión).

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