La UE denunciará a Estados Unidos si no retira las sanciones por la "guerra del plátano"

La guerra del plátano subió ayer de tono. El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, exigió en una carta personal al de EEUU, Bill Clinton, que retire en un plazo máximo de 15 días las represalias comerciales anunciadas contra la Unión Europea (UE) y que consisten en duplicar los aranceles de productos comunitarios. Si no las suprime, Bruselas denunciará a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para que su tribunal arbitral dirima el contencioso. El coste para los Quince se elevaría a 218.000 millones, el 10% a España.

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, se ha mostrado airado ante las amenazas de Estados Unidos de duplicar los aranceles sobre una amplia lista de productos (entre ellos destacan vinos, quesos, juguetes, textiles y otros, incluidos los juegos de magia) en protesta por la normativa europea de importación de plátanos y respondió con contundencia.Washington ha anunciado represalias unilaterales al estar disconforme con la citada normativa, que considera abusivamente favorable a los 71 países productores de la ACP (África, Caribe y Pacífico), sobre todo caribeños (Colombia, Venezuela, Costa Rica), tradicionalmente protegidos por Europa y en contra de los países centroamericanos, en donde las multinacionales estadounidenses tienen muchos intereses económicos.

La normativa va en detrimento, arguye Washington, de los países centroamericanos productores del plátano-dólar (Guatemala, Honduras, Panamá, Ecuador, además de México). Es decir, de los países que comercializan su producto a través de compañías norteamericanas como Chiquita. El presidente de ésta, Carl Lindner, quien financia a republicanos y demócratas, ha realizado múltiples presiones sobre el Congreso en pro de una guerra comercial contra Europa. El plátano-dólar ocupa un 61% del mercado europeo, frente al 21% suministrado por Canarias, Madeira y los territorios franceses de ultramar, y frente al 18% de los países ACP.

Las represalias supondrían un coste para los Quince de 1.300 millones de ecus (unos 218.000 millones de pesetas), de los cuales 57,5 millones (casi 10.000 millones de pesetas) perjudicarían directamente a España, calcula Bruselas. Pues bien, Santer considera en su carta a Clinton, en la que le pide que desactive las sanciones, que la amenaza de Washington "supondría una clara violación por EEUU de sus compromisos con la OMC", pues "ninguno" de sus miembros ostenta el "derecho unilateral de determinar si otro miembro incumple las reglas" comerciales multilaterales. De forma que "si Estados Unidos persiste" en su propósito de emprender represalias, los Quince responderán pidiendo a la OMC la creación de un tribunal arbitral (o panel) para enjuiciar el caso. Según la Comisión, dicho tribunal se pronunciaría contra Estados Unidos declarando ilegales las medidas unilaterales.

La actitud de Estados Unidos es "totalmente ilegal", a juicio de la Comisión, declaró un portavoz. El principal avance de la OMC sobre su predecesor, el GATT, es precisamente su competencia para dirimir conflictos y crear tribunales arbitrales independientes, algo que excluye las represalias unilaterales. La nueva normativa europea -elaborada la semana pasada- es consecuencia del laudo arbitral dictado hace más de un año en contra de la Unión Europea. La OMC consideró que el sistema de licencias otorgado protegía demasiado a determinados productores, como los canarios: en realidad, los productores vendían esas licencias para asegurarse un sobresueldo.

Francia y el Reino Unido son los más militantes en favor de los ACP, la mayoría excolonias suyas, mientras que Alemania y Holanda, aun respetando la disciplina comunitaria, prefieren los plátanos-dólar, ya que son más baratos. España, la primera potencia platanera europea, milita contra éstos porque suponen una enorme competencia en precios. La nueva normativa atiende a todos los requerimientos de Ginebra, asegura la Comisión.

Estados Unidos replica que es insuficiente. "Si así lo considera, su deber es acudir nuevamente en protesta ante la OMC, pero no adoptar actitudes unilaterales", concluyen fuentes de la Comisión.

Además de la amenaza de una escalada en la guerra comercial iniciada por Washington, Santer argumenta que la dinámica de represalias "perjudica la cooperación" euro-norteamericana, algo políticamente poco hábil "en unos momentos en que la Unión Europea y Estados Unidos deberían trabajar conjuntamente" para "reducir las dificultades económicas mundiales y compartir la carga que eso supone".

La principal sorpresa de la lista es que no incluye, contra lo previsto, el whisky escocés, lo que se interpreta como un gesto de Clinton hacia Tony Blair.