Los ecologistas denuncian presiones de la industria nuclear en la cumbre sobre el clima
Greenpeace critica a los Gobiernos por bloquear soluciones a la emisión de gases
Los grupos de defensa del medio ambiente fueron ayer muy críticos sobre el desarrollo de la cumbre del clima de Buenos Aires al cabo de una semana de trabajo de los delegados de casi 180 países. Según los ecologistas, los gobiernos son unos ineptos a la hora de acordar medidas sobre el cambio climático. Kirsty Hamilton, cuya organización, Greenpeace, defiende el uso de la energía eólica, destacó: "La industria nuclear es el grupo sectorial de presión más grande aquí, con más de 150 personas registradas. Buscan una salida para su moribunda industria".
, ENVIADA ESPECIAL
Se está hablando mucho más por los pasillos del Centro de Exposiciones de Buenos Aires acerca de las nucleares que en la cumbre de Kioto hace un año. El objetivo de este grupo de presión, comentan los delegados, sería incluir esta opción energética que no produce gases de efecto invernadero, en uno de los mecanismos contemplados en el Protocolo de Kioto, en concreto, en el mecanismo de desarrollo limpio que se ocupa de la transferencia de tecnología a los países en desarrollo. Sin embargo, la cuestión no se aborda en las reuniones de trabajo propiamente dichas del programa.La delegada estadounidense Melinda Kimble respondió a una pregunta acerca de la cuestión: "Tenemos que analizar el tema de la energía nuclear, porque no produce gases de efecto invernadero. Pero tiene otros aspectos relacionados con el medio ambiente y la seguridad, y no sería bueno tomar una opción y encontrarse con otra clase de problemas".
"Los gobiernos no son capaces de tomar decisiones. Y, mientras tanto, en el mundo se ha vuelto a producir un año de terribles desastres climáticos, como el huracán Mitch", señaló Patrick Green, de la Red de Acción por el Clima, que agrupa a 200 grupos ecologistas, entre ellos Greenpeace, y tiene 10 millones de afiliados. Hamilton, la representante de Greenpeace denunció el carácter económico de las negociaciones entre países. El objetivo de la IV Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es poner en marcha la agenda de los mecanismos previstos en el Protocolo de Kioto para cumplir los compromisos de reducción de emisiones de gases que provocan el calentamiento del planeta.
Las delegaciones de los países han ido aplazando las cuestiones más controvertidas. La obtención de calendarios firmes y marcos concretos para definir la puesta en marcha de los mecanismos del Protocolo de Kioto sería considerada por muchos un éxito de esta conferencia, que la semana que viene entra en la fase ministerial y definitiva.
Las fechas que se barajan para ese calendario de las medidas apuntan hacia las dos próximas reuniones, que se celebraran al filo del 2000 la próxima y un año después la siguiente.
"Se supone que hay que acordar un plan de trabajo para cimentar los detalles del protocolo, pero parece, casi al final de esta primera semana, que ni si siquiera van a ser capaces de hacer eso", declaró ayer Patrick Green, de Amigos de la Tierra. "Mientras tanto, fuera, en el mundo real, éste es un año de desastres climáticos como las recientes terribles tormentas en Centroamérica", recordó.
"Por supuesto, no podemos decir ya que estos acontecimientos climatológicos se deben al cambio de clima, pero estos fenómenos están siendo más frecuentes y más extremos, y los científicos en esta conferencia nos están diciendo que serán más frecuentes en un mundo más caliente si se permite que continúe el cambio climático", añadió.
Incorporando un nuevo ingrediente en la sopa de letras que baña este tipo de conferencias -ésta es la COP-4 o IV Conferencia de las Partes, del UNFCCC o la Convención, y el IET, por ejemplo, es el comercio de emisiones en el argot de los más de 4.000 participantes- el representante de Amigos de la Tierra dijo que el COP-4 puede ser al final un COP-OUT (cop-fuera).
Ute Collier, de WWF, manifestó su desacuerdo con los "compromisos de pacotilla" que, según dijo, están alcanzando los dos grupos de países desarrollados (el grupo paraguas que lidera EEUU y la UE) en lugar de compromisos de calidad para las reducciones de emisiones que son el objetivo del Protocolo de Kioto.
La WWF teme que el comercio de emisiones, que consiente a un país comprar a otro sus excedentes de emisiones dentro del límite que tenga establecido, se evalúen el número de transacciones económicas y no el cumplimiento de objetivos perseguidos, y que no se verifique que lo que se vende y se compra vaya asociado a una reducción real.
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