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La terapia genética se centra en la lucha contra el cáncer

Los intentos de utilizar la manipulación de genes para curar o tratar enfermedades tienen por objetivo mayoritario actualmente el cáncer y también desórdenes metabólicos como la diabetes, según las líneas de investigación expuestas estos días en el encuentro sobre el proyecto Genoma Humano en la UIMP. El primer y más claro objetivo, las enfermedades hereditarias, causadas por un defecto genético, no han resultado tan fáciles de curar como parecía hace sólo 10 años, y el interés se ha trasladado a otras enfermedades cuya base se conoce ahora mucho mejor que entonces.

Fue hace 10 años precisamente cuando se celebró el primero de los encuentros en Valencia sobre el genoma humano, como recordaba el pasado lunes su promotor, Santiago Grisolía. Entonces el genoma era una palabra desconocida por la mayoría de la gente y su desciframiento casi un sueño.

"La terapia genética es como los niños, cuando nacen son recibidos con gran alegría pero tienen que desarrollarse", comentó Kevin J. Scanlon (estadounidense), cuyo grupo ha conseguido la desaparición de tumores cutáneos en ratones mediante mecanismos genéticos. Sin embargo, Scanlon reconoció que los resultados, espectaculares, que presentaba eran los mejores conseguidos (en otros tipos de cáncer fueron mucho peores) y que la remisión no era permanente.

Muchos otros enfoques se encuentran igualmente en fase experimental y muy pocos en fase clínica. La constante identificación de genes relacionados con enfermedades, y de las mutaciones que las causan, está permitiendo, sin embargo, grandes progresos, como mostró Xavier Estivill (español) en el congreso respecto al gen de la fibrosis quística.

Descendencia

La combinación del diagnóstico prenatal para casi todas las enfermedades hereditarias con el aborto hace también más improbable en el futuro la necesidad de terapia genética para estas enfermedades, al contrario de lo que se pensaba en los años ochenta. Sin embargo, los científicos tienen ideas diferentes sobre este tema. Ayer, Ian Wilmut (británico), que dirigió el trabajo para obtener la oveja Dolly, veía atractiva la posibilidad de hacer una clonación para evitar en la descendencia enfermedades hereditarias transmitidas por la madre, mientras que Odile Cohen-Haugenauer (francesa) afirmó que era más lógico obtener varios ovocitos, seleccionar los correctos y proceder luego a la fertilización in vitro habitual en vez de meterse a manipular las células de la herencia, algo que los científicos en general rechazan por sus riesgos. Ayer también, Fátima Bosch (española) mostró la utilización de ratones transgénicos para estudiar lo que pasa en la diabetes mellitus y ensayar vías de tratarla. Por ejemplo, un ratón modificado genéticamente para absorber más glucosa a través del hígado permite pensar en una terapia paralela para los diabéticos que les permita consumir menos insulina y evitar males asociados.

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