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Primer diálogo entre argentinos y malvinenses desde 1982

"Los argentinos tienen que tomar conciencia de que la soberanía de estas islas pertenece a sus habitantes, y éstos tomaron una decisión: ser británicos". Tom Blake, ciudadano de las islas Malvinas, o Falkland según la potencia colonizadora desde 1833, habló sin ambigüedades en el primer diálogo directo entre argentinos y habitantes del archipiélago.En la noche del jueves, un equipo de televisión argentino encabezado por el periodista Mariano Grondona pudo entrar en las Malvinas y transmitir en directo vía satélite el debate. Unos y otros hablaron con libertad y mostraron que las heridas de la última aventura de la dictadura siguen sin cicatrizar 16 años después. El programa se emitió a dos semanas del viaje del presidente Carlos Menem a Londres, el 27 de octubre, el primero que realiza a la capital británica un mandatario argentino desde la guerra de las Malvinas de 1982. "Las Falkland no son sólo una loca decisión de la geografía. Aquí vive gente. Hay que ver la gente, no sólo la tierra", decía un isleño. En el otro lado de la conexión, Edelmira Cao, madre de un soldado muerto en combate, reclamaba su derecho a visitar el cementerio donde están enterrados más de 200 combatientes.

"Mientras los argentinos sigan reclamando las islas es muy difícil que puedan pisar libremente el archipiélago. Tenemos que protegernos", afirmó Stuart Wallace, empresario. A lo que Lisa Rideell, redactora del periódico Penguin News, añadió: "El día que Argentina acepte nuestro derecho a la autodeterminación, podremos aceptar que los argentinos vengan a las islas". En el bando argentino, Roberto Alemán, ministro de Economía durante la guerra, respondía así: "No son un país independiente, sino una colonia británica. Ellos no son soberanos, sólo podemos tratar esa cuestión con Londres".

Pesca y petróleo

El histórico diálogo entre argentinos y malvinenses tuvo lugar un día después de que el Senado argentino aprobara por unanimidad una iniciativa para castigar a las empresas pesqueras que faenen en aguas de archipiélago sin autorización. El proyecto, elaborado por el justicialista Osvaldo Sala, estipula multas de hasta un millón de dólares para las empresas que no actúen en el marco de la Ley de Pesca argentina.La votación del Senado tuvo como efecto inmediato una polémica entre el canciller Guido di Tella, que criticó su inoportunidad a tan pocos días de la visita oficial al Reino Unido, y Eduardo Menem, defensor de la línea dura. La discusión fue zanjada por su hermano y presidente de la República, que se alineó junto a su canciller. Menem declaró recientemente a EL PAÍS que en Londres "vamos a hacer referencia a la soberanía, como lo hemos hecho siempre. Además tenemos interés en solucionar el problema pesquero y de la explotación de hidrocarburos. Aquí hay inversiones de 3.000 millones de dólares de empresas británicas".

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