El Gobierno español envía hoy dos aviones para trasladar a los heridos y sus familiares

El Gobierno español decidió ayer enviar dos aviones al Ulster a raíz del atentado. Ambos aparatos partirán esta mañana hacia Irlanda. Uno de ellos es un avión-hospital en el que se repatriará a los heridos y el otro, con una capacidad para 24-30 pasajeros, para transportar a los familiares de las víctimas. Asimismo, también se desplazará al Ulster el vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, acompañado por el ministro de Exteriores, Abel Matutes. En este departamento se montó ayer un gabinete de crisis para coordinar todas las actuaciones relativas a este atentado.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, estuvo ayer permanentemente informado sobre la situación de las víctimas españolas del atentado de Omagh, e informó a su vez de todos los detalles al rey Juan Carlos. Aznar se puso en contacto telefónico también con el primer ministro británico, Tony Blair, para expresarle su repulsa por el atentado. Fuentes oficiales señalaron que el presidente Aznar recibió la información que tienen las embajadas y consulados de la zona y ordenó que se pusiera a disposición de las familias de las víctimas los medios que fueran necesarios.

Desde el gabinete de crisis instalado en Exteriores, donde se coordinaron las acciones con Vicepresidencia y Defensa, se intentó enviar un avión ayer mismo a Irlanda del Norte. Finalmente, el envío de dos aeronaves de las Fuerzas Aéreas Españolas se fijó para hoy a las ocho de la mañana desde la base madrileña de Getafe. En uno de los aviones viajarán los familiares que no pudieron trasladarse durante el fin de semana por sus propios medios. Algunos de los que lo hicieron consiguieron llegar a Irlanda del Norte ya ayer por la mañana tomando vuelos comerciales.

Asistencia diplomática

Fuentes de la Oficina de Información Diplomática (OID) señalaron que se estaban recabando datos para conocer, por parte de las familias de los heridos, cuáles eran los hospitales de España en los que deseaban internar a las víctimas del atentado una vez trasladadas a Madrid. El subdirector general de la OID, José Luis Solano, aseguró ayer que se habían dado instrucciones al embajador español en Dublín, José María Sanz Pastor, para que se desplazara inmediatamente a Irlanda del Norte, con el fin de recogiera toda la información disponible para poder atender a los heridos. El embajador, que partió de Dublín a las dos de la tarde, acudió al hospital Royal Victoria, en Belfast, donde visitó a los heridos y atendió e informó a los familiares.

Solano añadió que el ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, había dado instrucciones para que dos diplomáticos destinados en Londres se desplazaran a Irlanda del Norte para poder colaborar con las autoridades locales y asistir a los familiares que habían viajado a la zona. Sobre la repatriación de los cadáveres a España, el subdirector de la OID señaló que se podrá hacer en cuanto se inscriba el fallecimiento.

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, también decidió desplazarse esta mañana a Irlanda del Norte, acompañado del titular de Asuntos Exteriores.

Joaquín Pérez Villanueva, director de la OID, insistió ayer en que todos los esfuerzos de Exteriores se centran en garantizar la atención a los heridos y a sus familiares, así como a los de las dos víctimas mortales.

Matutes, que por la mañana había confirmado oficialmente la muerte de los dos españoles, aseguró ayer que los hospitalizados "van a salir todos bien", aunque admitió que las noticias que recibían desde la zona eran parciales y confusas.

Las fuerzas políticas españolas condenaron ayer el atentado irlandés. El portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Ramón Aguirre, dijo que este tipo de prácticas dañan "mortíferamente" las democracias y envió su pésame a las familias de las víctimas. La ministra de Agricultura, Loyola de Palacio, manifestó: "No hay nada que justifique ni la bomba, ni el tiro en la nuca, ni la tortura, ni la bestialidad de los terroristas". El atentado, según el coordinador de la ejecutiva del PSE-EE, Rodolfo Ares, demuestra que es difícil conseguir "que los terroristas dejen la espiral de violencia en la que se han metido".