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Entrevista:

"La única esperanza médica real para África es la prevención"

Michael Gerber, de 58 años, es director general de AMREF (Fundación para la Medicina y la Investigación en África), la más importante de las ONG sanitarias en África oriental, nacida en 1957 y cuyo personal es en un 97% nativo.Pregunta. ¿Usted le ve esperanza médica a África?

Respuesta. Si comparamos con 20 años atrás, las infraestructuras sanitarias y medioambientales se han derrumbado, sobre todo por el brutal crecimiento urbano. Pero ha surgido una conciencia, impensable entonces, de que la única esperanza médica real para África es la prevención: gobiernos, ONG y medicina privada empiezan a ver que lo importante es prevenir sin quebrar la vida comunitaria.

P. ¿Es usted partidiario de trabajar con los curanderos?

R. Sí. Con los sanadores de huesos, con los conocedores de hierbas. Y desde luego con las parteras. En África más del 90% de los nacimientos suceden en casa. AMREF desarrolla talleres de formación para partos, y para identificar a las mujeres que pueden tener problemas pre o posnatales.

P. ¿Cuál es la situación con el sida y la malaria?

R. El sida ha bajado en países como Uganda, por una buena política de información a los ciudadanos. Pero en Botsuana el 25% de la población está infectado. Y en Suráfrica el problema se agrava: sólo con el gobierno de Mandela empiezan las campañas de información. El 30% del sida mundial está en África, unos cinco millones de casos. La clave en su expansión, y también la de la malaria, es la gran movilidad del hombre africano: de ahí que hoy haya malaria incluso en las tierras altas. La primera enfermedad en África es la malaria: unos 150 millones de pacientes y un millón de muertes.Los mosquitos ya resisten la cloroquina, y el empleo masivo de insecticidas arrasa el medio ambiente y no garantiza que el mosquito sucumba. Pero un programa de AMREF en comunidades rurales de Tanzania y Kenia ha logrado bajar la incidencia de la malaria rociando dos veces al año las mosquiteras con insecticida.

P. ¿Conoce la vacuna contra la malaria que está desarrollando el doctor Manuel Patarroyo, con apoyo de España?

R. No con detalle, pero confío en sus investigaciones. Las vacunas son claves en África, sobre todo para los menores de cinco años. Y ha habido un gran progreso en técnicas de refrigeración que posibilitan llevar las dosis a lugares apartados, cosa imposible hace sólo unos años.

P. Su servicio The Flying Doctors (Los Doctores Voladores) ha adquirido un gran prestigio en África oriental, donde muchas comunidades construyeron pistas de aterrizaje para que les visitara el daktari (doctor, en swahili). Y en su historial está el rescate de Hemingway del Kilimanjaro. ¿La emergencia sigue siendo su principal actividad?

R. ¡Sólo tenemos seis aviones! No, lo principal es la prevención. Y también hemos trabajado en campos de refugiados: lo más duro fue acoger a somalíes en los años 80, estaban en peor etado que los posteriores de Ruanda y Burundi.

P. El 97% del personal de AMREF es africano. ¿Se trata de un prurito demagógico o de algo realmente operativo?

R. Ya lo creo que funciona. Para algunos trabajos, como enfermeras, no hay problema para encontrar gente. Sólo cuando en un aspecto no encontramos gente nativa, recurrimos a blancos.

P. Ustedes han logrado fondos del Barclay"s Bank, de IBM, de British Petroleum. ¿Cómo lo lucha?

R. ¡Dificultosamente! Nuestro presupuesto es de 2.100 millones de pesetas. El 55% procede de organismos internacionales y gubernamentales y el 45% de fundaciones, ONG y fondos privados. España aporta en ambos niveles.

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