La salida de EE UU de la OMS debilita la salud global y deja espacio a China para ganar influencia
Los expertos temen que la pérdida de su primer contribuyente impida al organismo ayudar a millones de personas y reduzca la cooperación internacional
Las sacudidas provocadas por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos han agitado también la salud global. El nuevo inquilino de la Casa Blanca ha anunciado que retirará de la Organización Mundial de la Salud a la primera potencia mundial y al que ha sido hasta ahora su mayor contribuyente, una decisión que ha sido recibida con críticas por expertos y cautela por otros actores internacionales.
Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS, califica de “golpe muy fuerte a los esfuerzos internacionales en salud y gobernanza global” la decisión de Trump. “Es un golpe doble. Por un lado, como primer contribuyente a la organización, la salida de Estados Unidos corta el flujo de recursos para situaciones de crisis y desastres en las que la OMS tiene un papel protagonista y ayuda a millones de personas. Pero también lo es por el papel que ejerce la organización como autoridad sanitaria, estableciendo normas y procedimientos a través del Reglamento Sanitario Internacional que contribuyen a una mejor salud de la población del planeta. Me temo que esto es solo un primer paso contra todo lo que representa el multilateralismo”, lamenta este experto.
Según documentos de la OMS, Estados Unidos fue en 2022 el país que más dinero le aportó, con 679,6 millones de euros, el 32,4% del total de contribuciones directas de los Estados miembros y el 20,4% de todos los ingresos de la organización, que también se nutre de donaciones de fundaciones privadas y de otros organismos.
“Es un día muy triste”, añade Joan Carles March, experto en salud pública. “Es una decisión que quiere mandar un mensaje muy claro, que es que lo que dice y representa la OMS ya no importa. Y esto es algo terrible, porque la organización y la cooperación que se produce en su seno han ayudado a muchos países y han beneficiado a una parte importante de la población mundial. Con todo esto, Trump muestra la poca importancia que para él tiene la salud pública. Y es algo muy triste, porque la OMS necesita modernizarse y nada de esto puede hacerse sin la participación de un país tan importante como Estados Unidos”, cuenta este profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Adrián Alonso Ruiz, investigador y responsable de incidencia política de la ONG Salud por Derecho, también califica de “mala noticia para la gobernanza de la salud global tal como la conocemos” el paso dado por Trump. “El impacto de esta medida no debe analizarse únicamente en términos del presupuesto de la OMS, aunque pone a la organización —ya limitada en su financiación para cumplir con el amplio mandato que le han otorgado los países— en una posición aún más precaria”, opina, “sino que también plantea serias implicaciones para el sistema de salud global en su conjunto”.
Trump no ha escondido nunca sus recelos con la agencia de salud de las Naciones Unidas. El primer gobierno del magnate comenzó formalmente a retirarse de la OMS en julio de 2020, aún con la pandemia del coronavirus propagándose, pero este paso fue frenado por la victoria electoral de Joe Biden y Estados Unidos mantuvo su posición en el organismo encargado de coordinar la respuesta internacional a las emergencias sanitarias.
El texto de la orden ejecutiva firmado ahora recoge explícitamente críticas como el “mal manejo por parte de la organización de la pandemia de COVID-19 que surgió de Wuhan, China, y otras crisis de salud globales, su incapacidad para adoptar reformas urgentemente necesarias y su incapacidad para demostrar independencia de la influencia política inapropiada”, en referencia a otros Estados miembros como China. Trump también ha defendido en el pasado que EE UU está pagando demasiado dinero a la organización en comparación con otros países y en 2020 la acusó sistemáticamente de ayudar a China a encubrir los orígenes del coronavirus y permitir su propagación.
Los recelos al paso dado en Estados Unidos no solo llegan desde fuera del país. Ashish Jha, que fue coordinador de respuesta a la pandemia en la Casa Blanca durante la Administración de Biden, calificó de “error estratégico” la decisión. “Es una organización bastante esencial, y con la retirada de Estados Unidos se crea un vacío político que sólo un país puede llenar, y ese es China”, dijo Jha en una entrevista a la cadena CNN. Jha considera que el país asiático dará un paso al frente ante la ausencia de financiación y liderazgo de Estados Unidos, lo que podría, a su vez, “dar a China más influencia política en todo el mundo”.
Lawrence Gostin, profesor de derecho de salud pública en la Universidad de Georgetown, ha defendido en un mensaje en la red social X que la salida de Trump de la OMS es “la más trascendental de todas” de las acciones ejecutivas anunciadas el lunes. “Es una decisión presidencial catastrófica. La retirada es una herida grave para la salud mundial, pero una herida aún más profunda para Estados Unidos”, añadió.
La acción ejecutiva de Trump pide al secretario de Estado y al director de la Oficina de Gestión y Presupuesto que “pausen la futura transferencia de cualquier fondo, apoyo o recurso del gobierno de los Estados Unidos” a la OMS. En la situación actual, recuerdan los expertos, se necesita un año para que el país se retire completamente del organismo, durante el cual EE UU tiene la obligación de continuar financiándolo. “¿Pero, quién va a hacer cumplir la obligación? ¿Donald Trump se dejará intimidar por las normas globales en torno a estas cosas?”, se pregunta Jha.
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