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Los hospitales vascos identificarán a cada recién nacido mediante una gota de sangre

El método, más fiable que la huella plantar, requerirá el consentimiento de los padres

Los siete hospitales públicos vascos con servicio de maternidad implantarán a partir de octubre un nuevo sistema de identificación de los recién nacidos. Una simple gota de sangre extraída del cordón umbilical servirá para deducir la huella genética y averiguar, en caso de duda, quiénes son sus padres. Este método es mucho más fiable que la habitual huella plantar, y además, según informó el Servicio Vasco de Salud, se hará con todas las garantías legales. El nuevo sistema no se utilizará para estudiar el código genético del niño ni para hacer pruebas de paternidad.

La extracción de la gota de sangre tiene una sencilla ejecución. Se trata de una técnica incruenta, ya que la muestra se toma pinchando con una jeringuilla el cordón umbilical, una vez que ya se ha separado del bebé. La gota de sangre se deposita en un papel de filtro adhesivo, que se sella y se firma. El procedimiento se desarrolla en la misma sala de partos, en presencia de la madre, el padre o ambos. En caso de cesárea, se realiza antes de que el bebé salga del quirófano, y tras mostrarles a los padres el recién nacido y su identificación. Al tratarse de un método con una altísima fiabilidad, sustituirá al sistema actual de la huella plantar. Pero se mantendrá la identificación del bebé mediante una pulsera que le relacione con su madre. En principio, ésa será la identificación normal. Sólo se añadiría la comprobación genética si existiese alguna duda, y a petición de los padres. En ese caso, se acudiría a la muestra tomada en el momento de nacer, para cotejar su ADN con la sangre del hijo cuya identidad fuera cuestionada.El hospital de Cruces (Vizcaya) ha desarrollado durante un año una experiencia piloto. Con su extesión a los otros seis centros públicos con servicio de maternidad, el Servicio Vasco de Salud se convertirá en el primer sistema público de España y de Europa que aplica este método. El sistema ha resultado muy sencillo; de hecho no requiere casi adiestramiento del personal. Sin embargo, durante las pruebas sí surgió un problema de carácter ético y legal. Durante los primeros meses de aplicación experimental en Cruces, no se solicitó el consentimiento de los progenitores para extraer la sangre del bebé, lo cual contravenía el artículo 22 del Convenio Europeo de Bioética, firmado en Oviedo el año pasado. Esta irregularidad, de la que informó EL PAÍS el pasado mes de septiembre, y que afectó a 1.600 recién nacidos, fue subsanada, y el Parlamento vasco aprobó el plan en febrero pasado.

Con el fin de proteger los datos del ADN, el departamento de Sanidad del Gobierno vasco ha propuesto separar la muestra de sangre del historial clínico y guardarla en un archivo diferenciado. El plazo para conservar la muestra será de un máximo de tres años.

La extensión de este plan a toda la red pública implicará un coste escaso: tan sólo 45 pesetas de material fungible por cada bebé. Dado que cada año nacen unos 13.000 niños en los siete hospitales con maternidad dependientes del Servicio Vasco de Salud -al margen de otros 3.000 en centros privados, donde no se aplicará de momento-, identificar a los bebes supondrá 600.000 pesetas anuales.

Con ello se podrán solucionar mejor los casos como el que sucedió el año pasado en el hospital guipuzcoano de Mendaro, también público, donde se le entregó por equivocación a una madre un bebé de otra. El equívoco se resolvió finalmente mediante un análisis de sangre a padres e hijos.

En el año de experiencia piloto en Cruces, con 4.800 nacimientos, no se suscitó ninguna duda en la identidad de los recién nacidos.

Críticos al método

Para Antonio Garrido-Lestache, coordinador del Comité de Identificación del Recién Nacido de la Asociación Española de Pediatría, este método "es una tomadura de pelo". Este especialista explica que sacar sangre del cordón umbilical después del nacimiento del niño no significa en ningún modo que sea una prueba biológica de maternidad o paternidad. "Esto no evitaría, en el caso de que un niño fuera cambiado por otro, que la madre se enterara, por lo que saldría de la puerta del hospital con otro niño, a pesar de la gotita de sangre", asegura Garrido. Este médico defiende el análisis de ADN al nacer, y su cotejo posterior con el de la madre a quien se entrega el niño (método más costoso que el que se implantará en el País Vasco). Garrido cree que, por cuestión de costes, sería más eficiente que en el momento del nacimiento se tomase la huella dactilar de madre e hijo en presencia de un testigo, y en el momento de la salida del hospital verificar que coincidan.

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