Los "halcones" del Congreso, contra el pacto

Una de las paradojas que manejan los adversarios del acuerdo alcanzado entre la Casa Blanca y la UE es que los ultraconservadores norteamericanos pueden ser los encargados de liquidar este pacto que, en caso de prosperar, colocaría en una difícil situación al régimen cubano. Concretamente el senador norteamericano Jesse Helms, que ha dado nombre a la ley que origina el contencioso, ya ha anunciado su oposición a cualquier cambio.Helms, presidente de la poderosa Comisión de Asuntos Exteriores del Senado norteamericano, declaró al conocer el pacto que la UE está intentando convertir la ley Helms-Burton en la ley Al Capone, en memoria del gángster de Chicago.

«Estos son los hechos: después de 13 meses de negociaciones, los europeos han asumido que se han hecho con el control de unas propiedades en Cuba que no les pertenecían; que han estado usando y beneficiándose de esas propiedades norteamericanas; que van a continuar traficando con esas propiedades que robó Castro; y que pueden hacer nuevas inversiones en propiedades robadas a los norteamericanos, siempre que no reciban ninguna ayuda de sus Gobiernos». En su opinión, el acuerdo, lejos de internacionalizar los principios de la ley Helms-Burton, los diluirá a cambio de «un chorro de aire caliente».

La posición del senador Helms es importante, ya que si el Congreso no concede una suspensión indefinida del título cuarto de la ley Helms-Burton, todo el acuerdo será papel mojado.

En medios políticos se considera que es improbable que ello ocurra antes de las elecciones de noviembre, en las que se elige la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Sin embargo, un cambio de mayorías que suponga el control demócrata de la Cámara Baja norteamericana podría hacer pasar la ley que comprometería, entonces, a todos los países de la UE.